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Vivia hace una vez una joven viuda con sus dos hijos en un bello castillo muy lejos de ningun pueblo. Su esposo habia sido un gran Baron y por esa razon la viuda nunca tubo problemas de dinero, ni penso en la nececidad de encontrar un nuevo esposo.
Su hijo mayor, el cual tenia cinco años, se llamaba Eric, y era el tutor y guardian de su hermano menor, muchacho un año menor pero debil y palido. Este desdichado se llamaba Wolfgang y no salia del castillo ecepto cuando Eric, mucho mas fuerte y aventurero lo forzaba. Y pues, muchas fueron las veces que Eric sacaba a Wolfgang a los grandes bosques coniferos para pasearse sin que el muchacho mas debil quisiera hacerlo.
Una de estas veces, Eric encontro un viejo poso abandonado. Miedoso de que algo viviera en el poso, Wolfgang le rogo a su hermano que dejaran eses sitio inmediatamente. Pero Eric disfrutaba mucho darle miedo a su hermano y el prospecto de inspeccionar un poso abandonado fue demaciado interesante para regresar a casa.
Eric se acerco al viejo poso y se asomo por el gran hueco oscuro. Para su desgracia, el suelo estaba humedo y resbaloso con musgo, y al asomarse, el pobre niño se cayo en el poso. Wolfgang, horrorizado, corrio demaciado lento para rescatar a Eric. Pero lo mas extraño fue que al asomarse, Wolfgang no vio mas que oscuridad, y jamas escucho a Eric gritar, ni tocar fondo en el agua. Wolfgang llamo a Eric varias veces, pero sin respuesta alguna mas que un silencio macabro. Sin alguna otra idea de como rescatar a su hermano, Wolfgang regreso rapidamente para avisar a su mama.
La viuda estaba preparando crema de leche afuera del castillo cuando llego Wolfgang con las malas noticias. Entre llanto y gritos de alarma, le explico que Eric se habia caido en un poso. La pobre mujer, enloquecida por los gritos de terror de su hijo, lo siguio corriendo al lugar del accidente.
Cuando llegaron ahi, la viuda se asomo al poso, llorando el nombre de su hijo una y otra vez. Pero nadie respondio las llamadas. Wolfgang sospechaba que la caida habia dado muerte a Eric, pero la viuda no se rendia de llamar su nombre:
-Eric! Eric! Eric, hijo mio, respondeme!
Asi pasaron las horas y pronto el sol empezo a bajar. Tanto habia enloquecido la joven viuda por la muerte de su hijo, que aun cuando la noche llego, continuo llamando.
-Eric! Eric!
Y asi pasaron dos dias, y luego tres. La pobre madre no dejo el lugar del accidente ni un minuto. Wolfgang le rogaba a su mama que regresaran al castillo o fueran al pueblo por ayuda, pero la mente de la mujer estaba confundida profundamente por el dolor de su perdida. Al fin, el hambre le gano a Wolfgang, que regreso al castillo sin idea de que pasaria.
Wolfgang encontro la crema que su mama habia empezado a preparar y aun que estaba un poco agria, se la comio toda. Luego fue a la cocina y encontro pan que tambien devoro. Cuando su hambre estaba saciada, regreso la preocupaccion por su madre y por su hermano, y Wolfgang regreso al poso.
Cuando llego ahi, encontro a su madre en un terrible estado. Sus verdes ojos estaban rojos de llanto. Sus largos cabellos anaranjados estaban sucios y despeinados, y su elegante vestido blanco estaba gris de lodo y mugre. Sangre salia de su boca, donde se estaba mordiendo los labios. Wolfgang estaba un poco asustado de esta extraña aparicion que tan poco se parecia a su mama. Pero la voz dulce y calmada de su madre, le dio valor.
-Wolfgang, hijo mio, ven al lado de tu madre, porque te nececito.
Titubeando, Wolfgang camino a su madre y ella lo abrazo fuertemente.
-Tu hermanito esta jugando ahi adentro. Me pidio que fueras con el a jugar por que esta muy solito.
Y dicho esto, la enajenada mujer agarro a su hijo debil y pequeño y lo avento en el poso. Lo ultimo que pudo ver Wolfgang fue a su hermano Eric, flotando en las frias aguas negras del poso, con los brazos abiertos para recibirle. Los ojos de Eric estaban muy rojos, y sus dientes mucho msa blancos de lo Wolfgang se podia acordar.
La viuda se puso muy feliz. Nuca mas estaria su hijo Eric solo dentro del poso. Lastima que no podria salir. Se levanto y regreso al castillo a terminar de preparar la crema para recivir a su amado esposo. Se le olvido, por alguna razon extraña, que el habia muerto en la guerra hace muchos años.
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