Friday, July 30, 2010

Comentario sobre Las Aventuras de Agua, Hombre Lagarto

Pues estamos hablando de publicar, escribir, y mas importante leer.
Todavia luchando la censura sobre todos los males del ser humano, pues de manera especifica, considero la censura simplemente la mentira. Y aqui, lo que buscamos es la verdad.

A la CIA ahora le pertenece todo el cyber. Que bueno. Eso, solo si es la CIA del Mundo, y no solamente de Los Estados Unidos de Norte America.

Pues, por que existe, asta donde lo se yo, la KGB que ahora es la maifa.

Y que tiene todo esto que ver con un Hombre Lagarto?

Leer por ustedes mismos digo yo!

Las Aventuras de Agua, Hombre Lagarto

LAS AVENTURAS DE AGUA, HOMBRE LAGARTO
Historias originales por
Robin Kaczmarczyk González y Nandadulal Ruiz Stone


CAPITULO PRIMERO: CIUDAD PALETA




PARTE UNO: El Sueño de Agua


“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tu, ni todos estos reyes: y en el futuro, ninguno de nosotros dejara de existir.” Bhagavad Gita 2:12

El hombre lagarto llamado Agua soñó una visión.

En esa visión, KRSNA el Dios de su padres, el Dios de su infancia, vino a el y le dijo que debería construir un templo en Ciudad Paleta.

Agua despertó en su nido la mañana siguiente y camino al Bosque Paleta a buscar a su mejor amigo, Estego, el dragon azul. El hombre lagarto se dedicaba a la hechicería benévola para ayudar a los residentes de Ciudad Paleta, curando gente, reparando estructuras mágicas, quitando maldiciones y ese tipo de cosas.

Tener al dragon como amigo era el sueño de todo hechicero, pues los dragones son extremadamente mágicos y todos sus desechos, como la piel vieja, garras, asta los cascarones de huevos son muy valiosos en la alquimia. Y hablando de huevos, desde huevos, criados por los sirvientes del Criadero de Ciudad Paleta, receptoría de todos los huevos de todos los seres ovíparos que viven y trabajan en la ciudad, el hombre lagarto y el dragon azul habían formado una inquebrantable amistad basada en su muto gusto por la magia.





Estego estaba volando en circulo lentamente sobre un pequeño riachuelo sin nombre unos diez kilómetros al noreste de Ciudad Paleta, el las profundidades del bosque encantado. Agua y el disfrutaban de un enlace telepático desde hace años, y pues no le costo mucho trabajo al bípedo encontrar a su alado amigo.

“Los Caracoles de Rió ya salieron de sus huevos, Agua” dijo la voz del dragon el la cabeza de su amigo.

Agua volteo para arriba y vio al hermoso dragon descender de las nubes, planeando como lo hacen las águilas. El dragon media ocho metros de largo por cuatro de alto de cola a cabeza. Sus escamas azul claro brillaban como si fueran hechas de agua pura bañada en el sol.

“Soy vegetariano”. Dijo agua, meneando su cabeza, tan similar a la de las iguanas de lado a lado.

“Lo se, amigo, pero deberías probar uno, son casi vegetales”. Dijo el dragon. El rostro del dragon tenía elementos felinos y reptiles al mismo tiempo. Su cuerpo definitivamente mostraba la agilidad y belleza de los grandes gatos, pero sus alas eran todo murciélago. Solo su larga y poderosa cola nos hacia recordar que los dragones son principalmente reptiles.

Por algunos momentos, el dragon y el hombre lagarto se sentaron en silencio, vaciando sus mentes y disfrutando el sonido del rió y el viento. Finalmente, Agua rompió el silencio.

“Anoche soñé con Dios. Lo pude reconocer por su color azul, y sus cuatro brazos que sostienen la caracola, el mazo, la flor de loto y la rueda. En el sueño, caí a sus pies como muerto en temor, pues sabia que se trataba de Dios, y el me dio una mano para levantarme y me dijo: ‘Agua, tu eres mi siervo fiel, y quiero que me construyas un templo en Ciudad Paleta y ahí coloques una estatua que tu mismo vas a hacer de la madera de un roble gigante que va a ser destruido por un rayo’. Y luego vi en mi sueño el templo, que va a estar en la casa abandonada de la vieja enana viuda en la Calle de las Rosas. Y vi también la estatua que voy a construir de la madera de un roble que crece cerca de la entrada de las cuevas de los sátiros”.

“Hari bol!” dijo Estego, enunciando su alegría en la forma normal para seres que adoran a Krsna.

El hombre lagarto y el dragon pasaron el resto del día asoleándose junto al río en silencio. Palabras no se necesitan cuando los corazones están llenos de amor.

Por otra parte, había un cristiano a cargo de la Iglesia Cristiana en Ciudad Paleta, el Reverendo Hans Duckworth quién no era un hombre feliz. Viva con la impresión de haber sido abandonado por Dios en un extraño purgatorio, donde hombres lagarto son la especie, si no única, si la dominante.

Los padres de Hans vivían en la ciudad humana de La Pinta, una de tres metrópolis donde únicamente los humanos son admitidos, y donde la única religión es el Cristianismo. Como todos los humanos cristianos en Nagaloka, Hans se había convencido desde una temprana edad que vivía en el infierno, y que era un alma en pena. Su único alberge en un mundo insensato era la Biblia y su único confort, leerla. Cuando Hans cumplió la edad de matrimonio, decidió en vez convertirse en parte del clero y tomar sus votos de celibato. La Santa Iglesia lo mando a Ciudad Paleta como misionario. Hans estaba en ese entonces inspirado para voltear las almas pecadoras al camino de la verdad. Después de quince años de vivir entre dragones, hombres lagarto y varios otros seres demonicos, Hans estaba cansado. ¿Por que había nacido en el infierno de los dragones? ¿Que trabajo tenia para el Dios en un lugar tan condenado?

Al día siguiente, Agua fue a buscar el roble de su sueño. Lo encontró, caído por un rayo, justo como en el sueño. El roble tenia una altura de cincuenta metros y un anchor de cuatro personas juntadas por las manos. Pero con la ayuda de Estego, que tenia la fuerza de diez elefantes, traer el roble a su nido no fue nada difícil. Una hacha, unas cuantas cuerdas de cáñamo y en poco tiempo, Agua comenzó a trabajar en una gigantesca estatua hecha de un solo bloque de madera quemada por un rayo de tres metros de alto. Las manos maestras del reptiliano no encontraron ninguna dificultad en realizar un trabajo espectacular. Pronto, una bellísima estatua de Visnu con sus cuatro brazos sosteniendo su mazo, caracola, flor de loto y rueda apareció entre la creciente montaña de aserrín. Agua coloreo la gigantesca figura con brillantes pinturas vegetales y la decoro con una serie de joyas preciosas que obtuvo de otros devotos en Ciudad Paleta. La figura de Visnu cobro vida en los corazones de sus seguidores, hombres lagarto, kobolds, enanos, hobbits, elfos y minotauros. Mas de mil devotos de todas las razas llegaron al nido de agua cuando el finalmente estuvo dispuesto a mostrar el “murti” o ídolo sagrado que termino basado en su sueño. Fue ese un momento de gran festejo.

Lo siguiente fue conseguir la casa de la enana viuda. Agua fue a platicar con ella y descubrió que la viuda prefería vivir con su madre en Grumpslandia. Ella también tenia devoción por Dios, y e cedió la casa a Agua para hacer su templo sin pensarlo mucho. Agua, Estego y algunos devotos mas se mudaron ahí para empezar a preparar el espacio para la figura del señor Visnu.

Lo último se trataba de conseguir permiso del Consejo de Ancianos, el gobierno oficial de Ciudad Paleta, para abrir el templo a los devotos y el público en general.

El Consejo se trataba de tres personas solamente, los fundadores originales de la ciudad, todos de más de mil quinientos años de edad, gran sabiduría y terrible poder mágico: el gnomo Jigolanthas, el elfo Xan y el humano Canción de Lluvia.

Agua había escuchado que el gnomo Jigolanthas estaba mucho mas predispuesto a ayudar al los hombres lagarto, las criaturas mas populosas en Ciudad Paleta. Por esa razón, el hombre lagarto se dirigió al gnomo.

Agua fue directamente a la Torre Rosa, la morada de Jigolanthas, y el edificio más grande de la ciudad. Se trataba de un gigantesco edificio color rosa brillante con doce renglones de ventanas ovaladas y un gigantesco penthouse en forma de semilla con cuatro ventanas redondas más grandes que la casa de la enana viuda. Agua no pudo contener sus pensamientos que la torre tenia el especto de un gigantesco pene.

Encontró la torre llena de gnomos. Los diminutivos seres eran tan numerosos que parecía que el momento que Agua entro a la torre, entro mas bien a una aldea de gnomos. Los pequeños seres tenían aspecto humano mas o menos, pero con mucho mas grandes las orejas, barbas y pies. Todos los gnomos, hombres y mujeres, utilizaban un gorro rojo y pointiagudo, y Agua pensó que tal vez ocultaba esa extraña prenda algún órgano sobre sus cabezas que no les gustaba mostrar. Corrían los pequeñines siempre con muchas prisas.

“Perdone usted, donde puedo encontrar al anciano Jigolanthas?” pregunto Agua a un gnomo vestido de soldado. El único que no corría por todos lados, parado, sosteniéndose en pie con una lanza dos veces mas grande que el. aburrido junto a una puerta de alguien que seguramente necesitaba guardias armados.

“Necesita usted hacer una cita, su oficina esta en el décimo piso”. El gnomo se dio cuenta, por la actitud de Agua, que el hombre lagarto nunca había estado antes en la torre, y lo dirigió en la dirección del gran elevador.

El gran elevador funcionaba como tantas otras cosas en Ciudad Paleta con una magia desconocida. Docenas de gnomos y otros seres un poco mas grandes cabían a la vez en la enorme plataforma que subía by bajaba lentamente de piso en piso. Un pequeño barandal separaba a la gente en la plataforma del abismo.

Agua llego al décimo piso donde docenas de gnomos escribían y archivaban miles de pergaminos con contenidos desconocidos que posiblemente serian solamente leídos por ellos mismos, pero aparentemente de vital importancia para los apurados secretarios que los escribían con endemoniado afán.

El consierge del piso, un Ogro demasiado grande para estar entre tantos gnomos, vestido de ejecutivo con corbata y traje de seda apareció pronto al lado de Agua, que para esta ocasión estaba vestido con sus mejores joyas, perlas y rubís y una falda amarilla típica de su raza pero limpia y bastante nueva, unos pana . Ambos parecían fuera de lugar. Sobre su cabeza tenia un hermoso penacho de plumas de pavo real y una guirnalda de flores rosas y amarillas sobre su cuello. Agua se vistió como su deidad en esperanza de impresionar al gran y poderoso gnomo.

“Le puedo ayudar?” dijo el Ogro en una voz demasiado cordial y asta un poco afeminada. Tal vez el gigantesco bruto era gay, y por eso termino trabajando para gnomos.

“Deseo una cita con el anciano Jigolanthas”. Dijo Agua.

“Su secretario personal esta en 22b a la izquierda” dijo el Ogro.

Agua cruzo un laberinto de oficinas hasta llegar a la 22b. La puerta blanca y hermosísimamente tallada con un paisaje de las historias de Nagaloka, similar a todas las puertas del hermosísimo y lujoso edificio de los gnomos tenia un cartel con letras grandes que decía: Luz de Sol, Secretaria de Jigolanthas.

Agua entro.

Un ser femenino, bellísimo, alado y vestida en una larga túnica blanca, estaba sentada detrás de un gigantesco escritorio con una sola bola de cristal y nada más. La oficina estaba decorada al estilo de la antigua Roma en el planeta tierra. Todo en mármol tallado con mucha luz y muchas cortinas púrpuras.

“Buenas tardes caballero largarto, en que le puede ayudar Luz de Sol?” la voz de el ser tenia la apariencia de campanitas de vidrio y harpas.

Agua no pudo más que enamorarse de Luz de Sol. El había escuchado hablar de “Ángeles” pero nunca había visto uno personalmente, y el efecto era irresistible. Lastima que ella tenia el rostro chato y simio de los humanos! Agua se pregunto como un gnomo dedicado a las aventuras y hechicería pudo convencer a un ser, supuestamente casi omnipotente de trabajar como su secretaria personal, y el hecho de que un ángel trabajaba para Jigolanthas confirmo que el gnomo era un ser extraordinario.

“Dios me dio un sueño de construir un templo para el en Ciudad Paleta, y quería el permiso del anciano Jigolanthas”. Agua sintió que su propia voz era ruda y brutal comparada con la voz de Luz de Sol.

“Sea tan amable de pasar a verlo personalmente. No es algo que puedo ayudarle yo. Esta descansando en su aposento en el penthouse.” Dijo el ángel.

Agua le dio las gracias y regreso al elevador. Pronto, la plataforma llego asta el ultimo piso, el Penthouse.

Nada pudo haber preparado a agua para la belleza del penthouse. Las paredes parecían hechas de rubís. La alfombra era de delicioso pasto fresco, cortadito y cuidado a la perfección. Agua podía ver toda Ciudad Paleta, y varios miles de kilómetros a la redonda. Se trataba de un jardín, perfecto y perfectamente calmante. Un jardín en el cielo con paredes transparentes.

Ninfas, totalmente desnudas, y de una belleza particularmente especular disfrutaban alrededor de una fuente de agua tibia. Rodeaban a un pequeñísimo hombrecito con una larga barba blanca, un sombrero puntiagudo más grande que el mismo y una pipa de la cual salía el mejor olor del universo, una combinación de ganga, tabaco dulce y alguna especie desconocida.

Jigolanthas noto inmediatamente el nuevo ingresado a su paraíso privado.

“Hola” dijo cordialmente.

“Hola” dijo Agua.

“Quien eres y en que puedo ayudarte?”.

“Mi nombre es Agua y soy un vaisnava. Dios me dio un sueño de construir un ídolo y ponerlo en un templo en Ciudad Paleta, y vine a pedir su permiso”. Agua no estaba muy seguro por que nombre tenia que llamar a Jigolanthas.

“Hay muchos dioses, y muchos ídolos en Ciudad Paleta, amigo. Cual es el tuyo?” pregunto Jigolanthas.

“Krsna”. Respondió Agua.

“Yo no me opongo a que le pongas un templo a Krsna, pero primero pídele permiso a los demás templos para asegurarnos que no hay alguien que se oponga a tu dios y por esa causa disturbe la paz de Ciudad Paleta. Hay un precedente para mi decisión, hace algunos cientos de años, un joven elfo negro quiso poner un templo a Lolth, la Diosa de las Telarañas del infierno. Cuando los adoradores de los Dioses enemigos de Lolth, como Silvanos se enteraron, se unieron con el Templo de Lolth una gran batalla estallo entre los diferentes templos. Varias cientos de personas murieron y diez edificios fueron destruidos. No puedo permitir que algo así suceda nuevamente!”. Dijo Jigolanthas.

“Pero hay cientos de templos en Ciudad Paleta, señor..” dijo Agua, pensando que le seria imposible conseguir que todos aceptaran.

“Con doce será suficiente. Pero si uno de los doce no esta de acuerdo, no podré conceder tu deseo”. Dijo Jigolanthas.

“Así será, señor”. Acepto Agua.

Agua le dio las gracias al gnomo y regreso a su casa. Ahí, le contó a Estego todo lo acontecido y el próximo día, salio temprano para ir de templo en templo consiguiendo permiso para abrir el templo.

Agua tomo un templo por día. Empezó por el templo Naga y siguió día tras día visitando templos y consiguiendo permiso para abrir el suyo, discutiendo con los varios Sumos Sacerdotes sobre temas de gran interés filosófico. Agua había conseguido ya once permisos incluyendo los templos Azteca, Nórdico, Japonés, y otros, pero cuando fue al Templo Cristiano sus planes se derrumbaron.

Hans Duckworth acepto hablar con el hombre lagarto por que los hombres lagarto representaban más del 40% de todos los habitantes demonicos de Ciudad Paleta, y causarles enemistad no permitiéndoles entrar a conversar seria un grave error.

El momento que Hans vio la piel escamosa de Agua sentado tan cerca de el altar para Jesucristo, se arrepintió de su decisión inmediatamente. Uno de los hijos de Satanás había entrado en el santuario de Dios con permiso de Hans. Seguramente nada bueno podría salir de eso.

Cuando Agua le pidió permiso para construir su templo, Hans declino.

Hans había estudiado la historia del planeta tierra a fondo, y comprendió que lo último que necesitaba aquí en este extraño infierno llamado Nagaloka eran más rivales para las almas de los incautos tan difíciles de rescatar.
En la tierra, los idolatras hindúes habían adorado dioses paganos con muchos brazos durante siglos en la tierra. La religión había convertido muchos cristianos en Europa, América y claro esta, el Oriente. Gurus y charlatanes lograron impregnar la cultura occidental con extrañas costumbres como la yoga y el budismo. Eso causo una declina en los valores cristianos que fundaron las grandes ciudades de el occidente y también permitieron el crecimiento de la confusión y la irreligión en lugares donde la fe en Jesús ya había conquistado los corazones de la gente.

Permitir que este demonio construyera su templo para venerar dioses Hindúes en un lugar donde todo tipo de dioses paganos ya eran venerados simplemente causaría que más miembros de su propio rebaño se pudieran confundir y perder el camino. Negarle el permiso al demonio seria una victoria para el verdadero Dios de los hombres.

Hans devasto Agua con su negativa actitud.

Agua regreso con Jigolanthas pidiendo nuevamente ayuda de el.

Jigolanthas sugirió que Agua podría contestar contra los cristianos y retarlos en “La Arena”, donde todo tipo de batallas ocurren para resolver problemas entre los ciudadanos de Ciudad Paleta.

La gigantesca Arena de Ciudad Paleta, fue construida después de las Tres Torres, antes que cualquier otro edificio gubernamental, como las barracas, el hospital general, la escuela de brujos y hechiceros y la incubadora. La Arena fue construida cuando Xan, Canción de Lluvia y Jigolanthas llegaron al Bosque Paleta y fundaron la ciudad, mostrándole a los nomadicos y medio salvajes hombres lagarto los beneficios de la vida en ciudades. Originalmente, fue construida para juegos gladiatoria les, una vieja costumbre de la vida pasada de “los tres acianos” como se conocía al elfo, gnomo y humano. Cuando la popularidad de “La Arena” empezó a crecer, también crecieron sus propósitos. Se convirtió en un lugar para ejecutar prisioneros, juegos de pelota, circos, obras de teatro, conciertos, fiestas, elecciones para puestos gubernamentales y muchas otras cosas. En los dos mil años de la historia de Ciudad Paleta, la Arena creció de unas cuantas butacas de madera con un techito de piel a un estadio gigantesco de mármol, piedra, concreto con asientos para mas de 20,000 visitantes, cuatro restaurantes, una enfermería, docenas de puestos que venden souvenirs y su propio periódico. En total, mas de 2,000 personas trabajan en la Arena, hacinándola, después del ejército, el lugar donde hay mas empleados en toda la ciudad.

Cualquier ciudadano podía retar a cualquier otro ciudadano a pelear y resolver sus problemas en la Arena. Las peleas generalmente significaban la muerte para el perdedor, pero el retador victorioso podría también perdonar su adversario.




Claro esta, Agua no quiso pelear en la Arena pues eso rompería su voto de no violencia.

Por su propia parte, Hans no perdió ningún tiempo, fue directamente al bar “El Paladín Negro”, donde guerreros a la venta solicitaban sus servicios por un precio, y contrato un minotauro como campeón. Por 500 monedas de oro, el gigantesco guerrero bovino pelearía en la Arena por la causa de Hans. Como Hans consideraba los minotauros demonios, igual que a los hombres lagarto, elfos y gnomos, Hans no vio ningún conflicto en dejar un monstruo matar a otro en un país de monstruos. 500 monedas de oro representaban una pequeña fortuna. Una moneda de oro representaba suficiente dinero para que una persona humilde viviera un año entero. Pero el minotauro venia altamente recomendado, y Hans acudió a los obispos de La Niña, La Pinta y La Santa Maria para que lo ayudaran en el proyecto. Las tres ciudades humanas, que tenían su propio Papa, controlaban riquezas enormes, y ayudar a una iglesia lejana en una ciudad no humana con esa riqueza no fue nada nuevo para ellos.

El minotauro fue a visitar a Agua en el templo de Krsna, que todavía no era más que la residencia de Agua y Estego, aun que docenas de devotos de Krsna visitaban el murti diariamente para traer flores y incienso. Agua no pudo decirles que no podían hacer eso, y Jigolanthas decidió mirar por otro lado. Esto enfureció a los cristianos, que consideraron eso como un reto a las leyes de la ciudad. El minotauro se consideraba a si mismo un adorador de Zeus, uno de los muchos dioses de la ciudad que tenían la bendición del Consejo de Ancianos, y pues, pelear contra devotos de Krsna no posaba ningún problema para el.

“Eres Agua?” dijo el gigante, parado en la puerta de la casita para hecha para enanos. La puerta le llegaba al pecho.

“Si”. Dijo el incrédulo hombre lagarto, no muy seguro sobre este nuevo visitante vestido en el atuendo de un guerrero, mayas y chaleco de armadura de anillos de hierro, espada corta y escudo grande típico de las legiones romanas en el planeta tierra, con el trueno de Zeus prominentemente mostrando. Con sus enormes cuernos, no tenía necedad de un casco.

“He venido a retarte a un duelo a muerte a favor de Hans Duckworth por el derecho de nunca construir un templo a Krsna en Ciudad Paleta”. Dijo el mercenario. Y luego le otorgo una invitación formal al duelo escrita con el encabezado de “La Iglesia Cristiana de Ciudad Paleta”.

“Tienes tres días para responder o tu derecho será para siempre negado”. Dijo el minotauro, haciendo humo salir de su nariz.

“He tomado un voto de Ahimsa, la no violencia, no puedo acceder a tu reto”. Dijo Agua, nervioso.



“Si no aceptas el reto en la arena, tu derecho construir tu templo será negado”. Dijo el minotauro. Cuando el vacuno vio al reptil, casi se arrepintió del trabajo, pues la criatura parecía un debilucho. Su juventud y inocencia era evidente. Matarlo en la Arena seria demasiado fácil y un poco triste. Al minotauro le gustaba una pelea pareja.

“Entonces tengo que aceptar el reto”. Dijo Agua. Adrenalina corría por sus venas.

“Nos vemos en tres días en la Arena” dijo el Minotauro. “Mi nombre es Jen! Es mi gusto conocerte. Quiero que sepas que matarte no es asunto personal.”

“Tres días no es suficiente tiempo. Necesito rezar para saber que hacer. Por favor dame dos semanas para aceptar tu reto”. Dijo Agua, desesperado.

“Muy bien, Agua, hombre lagarto. Pareces alguien honorable. Te doy dos semanas. Nos vemos en la Arena! Adiós.” dijo Jen, confidente que la victoria seria suya.

PARTE DOS: El Vaticano

“En el bando opuesto, tanto el Señor Krsna como Arjona, que se encontraban en una gran cuadriga tirada por caballos blancos, hicieron sonar sus caracolas transcendentales”. Gita 1:14.

En el entretanto, Agua fue con otro amigo Naga, el sacerdote Pthiss, encargado del templo del dios Egipcio Set para pedir ayuda. El templo de Set tenia la forma de una gran pirámide en el centro de la ciudad, en medio de un montón de residencias más bien humildes. Nagas, hombres escorpión y algunos humanos de ascendencia egipcia siempre visitaban el templo cuando en Ciudad Paleta.

Pthiss fue el primero en conceder el derecho de un templo para Krsna a Agua. El Naga, comúnmente conocido como “hombre serpiente” era amigo de Estego y Agua desde hace años.

Cuando vio a Agua en un estado de alarma y pánico en la puerta de su templo, invito al desdichado a tomar el te (seguramente uno con algún remedio calmante) en su oficina. Se sentaron en unos colchones demasiado bajos y aguados para Agua, pero excelentes para el cuerpo serpentino de Pthiss. Pthiss tenia cuerpo de serpiente de la cintura para abajo y cuerpo de humano de la cintura para arriba. Su rostro era el rostro de una coralillo, negro, anaranjado y rojo.

Un goblin sirviente les trajo una bandeja con tasas de porcelana finas y te de leche de cabra. Pthiss añadió un poco de polvo de opio al te de Agua de un frasquito en su mesa. A los Naga les gustaba su opio!

“Explícame pues tu problema con los cristianos”. Dijo Pthiss en el lenguaje de los reptiles.

“El sacerdote humano Hans Duckworth me ha rechazado el derecho a construir un templo, y sin su permiso, el anciano Jigolanthas no permitirá que lo haga tampoco. Regrese con Jigolanthas para pedirle alguna otra manera, y me dijo que solamente en la Arena podríamos resolver el asunto, pero yo tome un voto de ahimsa desde chico y pues, no puedo matar a nadie. Ni una mosca. Pero para complicar mas las cosas, Duckworth mando un gigantesco mercenario de raza minotauro llamado Jen para retarme en la arena, y ahora tengo solo dos semanas para resolver el problema”. Agua estaba mas acostumbrado a hablar en el lenguaje común de Ciudad Paleta, el castellano. El opio empezó a trabajar en su sistema nervioso, calmándole bastante.

“Consigue un campeón para luchar contra el minotauro. Muchos seres en Ciudad Paleta disfrutan la batalla en la Arena, como los Ogros y Rakshashas.” El Naga también cambio al castellano por respeto a su visita.

“Contratar un campeón seria aceptar la violencia como una solución valida a mis problemas, y no puedo hacerlo.” Agua tomo otro sorbo de su te.

“¿Por que no desea Duckworth permitir tu templo?”

“La veneración de Krsna es popular entre los humanos. Por ejemplo, el lejano Rasalandia, el reino vaisnava de los minotauros, Krsna es mucho mas popular que Jesús Cristo, y hay mas humanos vaisnavas que cristianos. Hans tiene miedo que mi templo le haga competencia al suyo por las almas de los humanos en Ciudad Paleta. Me dijo que lo ultimo que necesitaba era otro templo para competir por las almas caídas de los seres humanos”. Agua le explico a su amigo.

“¿Qué sabes de Jesús?” dijo el hombre serpiente.

“Mi propio Guru, me dijo que Jesús fue una de las encarnaciones de Krsna en el planeta tierra hace como dos mil años”. Dijo Agua.

“Pero lo importante no es lo que tu crees, pero lo que cree Duckworth”. Dijo el Naga.

“Hans me dijo que el y todos los otros humanos en Nagaloka murieron en la tierra y nacieron aquí, en el infierno. El cree que Nagaloka es el infierno, Pthiss. Están locos! ” Dijo Agua.

“¿Hans cree que esta en el infierno?” esta revelación sorprendió tanto al Naga que en ves de llamar al humano por su apellido, lo llamo por su nombre propio. “Esta revelación confirma una de mis teorías sobre el cristianismo en Nagaloka. Yo sospechaba algo similar, pero nunca tube la coacción de platicar con un cristiano. Cuando me ven, se cruzan, y empiezan a rezar.”

“Así es. Aparentemente, el las ciudades humanas de donde viene Hans, los humanos ahí son convencidos de nacimiento que han nacido en el infierno por sus pecados cometidos en la tierra. Ellos creen que Nagaloka es el infierno por que los dueños de Nagaloka son ustedes los Nagas y no los humanos, y específicamente, no Jesús”. Agua había platicado bastante con Hans sobre la filosofía de no permitir un templo vaisnava en Ciudad Paleta. El pobre hombre lagarto no tenía la capacidad intelectual para convencer al humano de sus errores. Peor, los obispos de las ciudades humanas al este nunca permitirían que Hans ayudara al reptiliano. Hans seria excomunicado si fuera ese el caso.

“Eso explica mucho. Si los cristianos en Nagaloka creen que este es el infierno, seguramente consideran a los dioses de Nagaloka como Kukulkan y Set demonios. Ese es su error. Si tan solo platicaran con Set, se darían cuenta que es un ser perfectamente razonable y justo”. Dijo el Naga.

“¿Tu conoces a Set personalmente, Pthiss?” fue el turno de Agua de estar sorprendido.

“Set es mi intimo amigo. Soy el Sacerdote principal de su templo aquí ¿no?”. Las serpientes no pueden sonreír, pero seguramente Pthiss lo estaba haciendo en ese momento.

“¿Por qué nunca lo he visto por aquí?” pregunto Agua.

“Los Dioses solo se presentan a sus fieles, Agua. Tu dios es Krsna, y se presento contigo en un sueño. Tal ves si logras construir su templo aquí en Ciudad Paleta, lo conocerás personalmente algún día, pero Set no tiene nada que ver contigo”. Pthiss había sido visitado por set en 11 ocasiones, y cada una fue milagrosa y profundamente importante para el joven Naga.

Pthiss y Agua tomaron mucho mas te, y platicaron sobre dioses y humanos y hombres lagarto y minotauros. Pronto les dio hambre y Pthiss invito a su amigo a cenar. Unos goblins que servían a Pthiss trajeron una ensalada de frutas para Agua y un pollo vivo para Pthiss. Los goblins tenían la baja inteligencia de su especie, pero Pthiss les había quitado el mal carácter.

Durante la cena, Pthiss le explico a Agua que el conflicto con los cristianos solo podía resolverse en el planeta Tierra: El planeta de origen de los cristianos, un mundo lejano y extraño donde un joven sacerdote llamado Jesús Cristo había caminado y predicado hace mas de dos mil años.

Pthiss tenia un espejo mágico que podía llevarlo a cualquier mundo, y invito a Agua a regresar en la mañana para ir a la Tierra y enfrentar al Máximo Sacerdote de los Cristianos, un humano llamado Ratzinger, renombrado Benedicto por su fe. Tal vez si los cristianos de la tierra pudieran ver que Nagaloka no era el infierno, los cristianos de Nagaloka podrían vivir en paz con el resto de los seres que compartían el mundo.



Pthiss no conocía mucho de la Tierra y sus horrores. Conocía su historia, si, pues Pthiss era un lector voraz. Había leído en algún texto de alguno de los interminables interdimencionales viajero Naga que habían visitado la Tierra que la guarida del villano Ratzinger, un hechicero de poderes inconcebibles se llamaba “Vaticano” y supuestamente, es un lugar donde ocurren horribles torturas a hombres lagarto y naga. Los humanos en el “Vaticano” consideraban las razas reptiles del universo demonios. Típico de un mundo donde los humanos dominaban.

En el afán de terminar el bélico conflicto entre humanos y reptiles, Agua acepto ir con Pthiss al Vaticano en el planeta Tierra.

Esa noche, Agua rezo a Krsna para que iluminara su camino. Pero Krsna se mantuvo silencioso. Agua razono que la falta de respuesta simplemente significaba que Agua estaba en el buen camino. Se despidió de Estego y le dejo algunos menesteres del templo que todavía no era templo. Luego salio caminando al templo de Set.

Pthiss lo encontró en la puerta del templo. Después de un breve desayuno donde planearon como platicar y exactamente que decir para detener el conflicto en Nagaloka con Benedicto, el Rey de los cristianos, Pthiss agarro un viejo bastón y dirigió a su amigo por un laberinto subterráneo bajo la pirámide.

“¿Ese bastón es mágico?” Pregunto Agua. “¿Tal vez es un arma?”.

“Solo lo uso en lugares peligrosos. El Vaticano es un lugar lleno de peligro para nosotros, Agua”. Respondió Pthiss arrastrándose por los túneles.

Al final de un túnel largísimo y serpentino como el cuerpo de Pthiss había una recamara grande con unos altares a otros dioses en la fe Setiana. Se trataba de los “enemigos” de Set: Horus, Isis y Osiris. Las estatuas eran gigantescas y construidas en oro puro. Agua pensó que era raro que todos los dioses de los Nagas y hombres lagarto tenían rostros humanos, pero como estos dioses tenían coronas en forma de serpientes, tal vez no era tan raro después de todo.

Ahí, el hombre serpiente abrió una puerta secreta detrás del altar a Osiris que dio a un pequeño cuarto de cuatro metros por cuatro metros sin ventanas. El cuarto no tenia decoración alguna excepto por un gigantesco espejo en forma de una Cobra de oro enroscada en si misma. De momento, la cabeza de la Cobra tomo vida y hablo en el lenguaje de los reptiles con Pthiss.

“Hola, viejo amigo. Hace tiempo que no me visitas.”

“Hola, espejo. ¿Cómo va la eternidad?” respondió el sacerdote.

“Eterna”. Dijo el espejo “¿Quién es tu amigo y adonde desean ir?”.

“¿Cómo sabes que vamos los dos?” Pregunto Pthiss, con esa sonrisa sin sonrisa de cara de serpiente.

“Porque los dos están aquí, y tu nunca viajas solo.”

Pthiss saco un dibujo de una oficina grande y lujuriosa. Se lo mostró al espejo.

“¿Conoces este lugar?”. El dibujo de Pthiss venia de uno de sus muchos tomos sobre viajes a otros mundos copilados por los Nagas.

“Es la Oficina del Papa en el Vaticano, en Roma, Italia, en el Planeta Tierra del sistema Solar. Esa foto fue tomada en el año tierra 1982”. Respondió el espejo.

“Queremos ir ahí”. Dijo Agua, incapaz de contener su júbilo.

“El dibujo es antiguo. No es de el presente, y necesito algo más exacto para poder llevarlos. Pero conozco el Vaticano íntimamente, pues ya he mandado Nagas ahí anteriormente. Podría ponerles afuera de esa oficina, pero entrar ahí seria problema suyo”. El espejo tenía ciertos limites en su capacidad de taxi interdimencional.

“Muéstranos el lugar, espejo”. Dijo Pthiss.

Momentáneamente, apareció en el espejo una hermosa plaza con cientos de humanos, la mayoría vestidos con sotanas negras entrando y saliendo de un gigantesco edificio de muchas puertas y ventanas.

“El Vaticano”. Dijo el espejo.

“Vamos, ahí, pues”. Dijo Agua.

“Momento! Momento! No tengan tanta prisa! Es un lugar sumamente peligroso para ustedes. No pueden ir vestidos así..”. El espejo dijo, y la imagen en su cara se enfoco en un soldado vestido en un uniforme anaranjado y negro con una gigantesca arma en forma de hacha.

“¿Cómo debemos vestirnos?” pregunto inocentemente Agua. Esto de viajar entre los mundos significaba una nueva aventura.

“Pues, de menos con piel humana, pero si vuestro interés es visitar al Su Santidad Benedicto XVI tendrán que vestirse minimamente de Obispos. No cualquiera puede entrar así como nada y ver al Papa”. Dijo el espejo. “Preferiblemente, algún Obispo conocido por su Santidad para que los guardias de el Vaticano no os pesquen como arañas una mosca”.

No era muy difícil para agua in personar otros seres. En sus clases de hechicería básica con Estego, en la escuela de Brujería y Hechicería de Ciudad Paleta, hechizos de “doppelganger” o imagen reflejada, se consideraban de nivel básico y la mayoría de los jóvenes brujas y hechiceros podían crear un disfraz holográfico perfectamente correcto de casi cualquier ser, Ogro, humano, hombre lagarto o elfo.

El problema mas difícil de resolver en el hechizo de “doppelganger” era el tamaño del disfraz, pues cada especie varia bastante en talla. Un goblin mide menos de un metro. Un Gigante puede medir seis o siete metros. Los Ogros, por ejemplo tienen dos veces el tamaño de los hombres lagarto. Afortunadamente, los hombres lagarto y los humanos tienen la misma talla mas o menos. Y los Naga, aun que son mucho más largos, con sus 2 metros de cola. Lo imperativo era un disfraz que permitiría que los dos reptilianos pudieran visitar con Su Santidad.

Agua y Pthiss observaron varios personajes actuales en varias partes del mundo y finalmente llegaron a escoger sus disfraces: Pthiss encontró un cierto Arzobispo y Agua lo copio con su magia para crear el disfraz del Arzobispo Mexicano Montemayor. Agua luego copio un sacerdote común para hacer el disfraz de su asistente. Los dos reptilianos usaron el espejo mágico como espejo ordinario para mirar sus reflejos y admirar el trabajo de Agua.

Montemayor estaba de vacaciones en Suiza, y no seria demasiado difícil convencer al Papa que su Arzobispo Mexicano tenia un asunto urgente que lo llevaba a Roma. Una vez en frente del Papa, Pthiss regresaría a su forma natural y demandaría al Papa que dejara de atacar la religión Vaisnava con sus agentes en Nagaloka.

Construir los disfraces tomo un par de días. Pero al fin, Agua y Pthiss estaban listos para enfrentar a Benedicto XVI en el vaticano.

Entraron al espejo a las 8:24 de la mañana tiempo Roma, en esperanza que Benedicto llegaría a su oficina a las 8:30 para leer los informes matutinos. Durante los dos días que tomo preparar los disfraces, Pthiss espió un rato las actividades de Su Santidad en el espejo mágico, tratando de generar un plan perfecto para visitarlo a solas.

Cuando finalmente todo estaba listo, el espejo los regreso a la imagen de la plaza y luego a un callejón cerca de la plaza. El espejo les explico que no deberían de ser vistos cuando entraran al planeta Tierra. La entrada habría un pequeño agujero negro en miniatura entre los dos mundos. El efecto del otro lado era algo un poco espectacular y extrañísimo. Durante el tiempo que el pequeño agujero estaba abierto, cualquier ser o objeto podría cruzar de un lado al otro.

Pthiss entro primero al espejo, causando un remolino como de agua en su superficie cuando su cuerpo toco el vidrio. El remolino se aclaro, y Agua pudo ver a Pthiss en el callejón.

Agua siguió a su amigo con un poco menos de ganas. El sentimiento de cruzar el espejo era similar al de estar muy mareado y meterse en un charco de agua helada. El viaje fue instantáneo. Agua cayo un par de metros de su amigo de una distancia como de dos metros cuando el hoyo se abrió en el espacio.

Solo entonces se le ocurrió preguntar: “¿Como regresaremos?”.

“El espejo continuara observando nuestros movimientos y abrirá un portal cuando estemos listos. Es sumamente inteligente y completamente obediente a mis deseos.” Dijo Pthiss con su cara humana.

Pthiss había conseguido un mapa del Vaticano más o menos actual el cual saco de su larga sotana púrpura. Caminaron juntos entre los humanos de la plaza que parecían completamente ignorantes de la naturaleza real de estos dos visitantes.

Entraron al edificio copiando los movimientos de los otros clérigos que entraban y salían sin ser molestados por los guardias. Ahí, Pthiss recordó el camino que mostraba el mapa. Siguieron un largo pasillo, luego dieron vuelta a la izquierda sobre otro pasillo, izquierda de nuevo y luego derecha. Llegaron a una puerta guardada por un guardia uniformado.

El Guardia Suizo se llamaba Johannes. Creció de niño en Gastad, Suiza, hijo de padres fuertemente católicos. Su vida entera se paso entre iglesias, templos, monasterios y finalmente, el ejercito Suizo, donde aprendió como matar. Después de rigurosas pruebas y más entrenamiento, Johannes entro en la afamada guardia Suiza del Papa. El orgullo de sus padres! A sus 32 años de edad se consideraba a si mismo un fiel siervo de Dios.

Pthiss se acerco Johannes y elevo su mano derecha en el saludo típico que había observado en el Vaticano.

“Monseñor, ¿Qué puedo hacer por usted?” dijo Johannes en perfecto español, reconociendo a lo que pensó se trataba de el Arzobispo Montemayor.

“Necesito ver a Su Santidad”. Dijo el Naga.

Es difícil explicar lo que sucedió en ese momento. ¿Tienen los humanos un sexto sentido? ¿Puede un hombre ordinario sentir cuando algo esta mal? ¿Qué hace que algunas veces se nos paren los pelos de la nuca cuando alguien que conocemos poco nos parece “extraño”?

Johannes sintió justamente algo así para Monseñor. Claro, no tenía manera de saber que Monseñor no era Monseñor, sino un reptil disfrazado. Pero algo le mando señales a lo mas profundo de su ser de alarma, alertándole que esta persona no estaba bien.

“Su Santidad pidió no ser molestado”. Johannes estaba tomando un chance muy grande al no obedecer al Arzobispo.

Fue solamente en ese instante que Agua reconoció que estaban en grandes líos.

“El asunto es muy urgente.” Pthiss recobro la cordura mas rápidamente que Agua, tratando de detener la caída libre de su misión.

Dos guardias Suizos adicionales llegaron al pasillo, alertados inmediatamente de un problema tan cerca de Su Santidad, por pequeño que el disturbio aparentaba ser.

Uno de ellos era un rango superior a Johannes y pregunto en un alemán Suizo corto y formal que sucedía a Johannes.

“No sucede nada, Señor, simplemente…” Johannes estaba a punto de dejar entrar a los dos reptilianos cuando el temor de Agua por su predicamento lo delato. Su lengua, cubierta por un hechizo para parecer una lengua humana, dio una lengüetaza extremadamente inhumana pero típico de hombres lagartos asustados.

“¿Qué diablos!?” Johannes no pudo creer sus ojos. Por un instante, el asistente de Monseñor Montemayor parecía tener la lengua de un reptil.

Esta frase, y el terror de la realización total de la situación tan complicada y peligrosa rompieron la concentración de Agua para su hechizo, que estaba en gran parte basado en el mesmerismo.

Los disfraces se esfumaron.

En ese momento, se armo el desmadre total. Los tres guardias Suizos gritaron en horror, llamando la atención de tres mas guardias y una docena de clérigos que empezaron a gritar “Demonios! Diablos! Belcebú!”.

Una vez roto el hechizo, Agua y Pthiss regresaron a sus formas naturales, la de Agua que parecía una iguana con piernas y brazos humanos y la de Pthiss de una serpiente de coralillo con torso humano.

“Es Satanás en persona!” Grito Johannes saco una extraña ballesta miniatura.

Agua no conocía nada de las pistolas, pero Pthiss, el blanco del disparo experto del guardia Suizo, le mostró a su joven amigo rápidamente el horror que puede causar tan violenta invención humana. Cuatro hoyos grandes y sangrientos aparecieron en el torso escamado de Pthiss, y el Naga cayo al suelo, muriendo sin otra palabra.

Los otros guardias sacaron sus propias ballestas miniatura y apuntaron a Agua, que en ese momento empezó a rezar el Maha Mantra, el rezo sagrado de los vaisnavas que dice:

Hare Krsna Hare Krsna Krsna Krsna Hare Hare
Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare

Y instantáneamente, se salvo de muerte segura, desapareciendo en la mareada agua fría del espejo mágico. Un hoyo negro apareció atrás de su espalda.

Esta vez, el choque sorpresa del viaje interdimencional le costo la consciencia al joven hombre lagarto.

Todo se puso oscuro.

Cuando Agua recobro su consciencia, se vio a si mismo en el suelo del cuarto del espejo, junto con el cadáver sangriento de Pthiss sobre el cual lloraba una hermosísima mujer de piel verde cedro.

“¿Qué ha sucedido!?” dijo alarmado el hombre lagarto.

“Lo mataron! Mataron a mi esposo! Los cristianos mataron a mi noble Pthiss!” dijo Saumya, su amada esposa.

PARTE TRES: El Mar de la Serpiente

“Arjona dijo: Mi querido Señor Krsna, veo reunidos en Tu cuerpo todos los semidioses y a diversas otras entidades vivientes. Veo a Brahma sentado en la flor de loto, así como también al Señor Siva, a todos los sabios y a todas las serpientes divinas.” Gita 11:15.

Tres días mas pasaron cumpliendo la primera semana antes que Agua tuviera que defender su fe en la Arena contra Jen, el minotauro mercenario. El Templo de Set ofreció un funeral celebre para su Sumo Sacerdote, y el cuerpo de Pthiss fue momificado propiamente, con todos los rituales para asegurar el paso seguro de su alma en el inframundo.

Saumya asumió la posición de Suma Sacerdotisa del Templo de Set en Ciudad Paleta. Le regalo el maldito espejo mágico a Agua que le costo la vida a su querido marido.

Estego tenía mucha curiosidad sobre ese espejo cuando Agua regreso y lo coloco a un lado de la gigantesca estatua de Krsna que Agua amorosamente había creado de el árbol en su sueño.

“¿Qué piensas hacer?” pregunto Estego a su amigo esa noche.

“No lo se. No quiero pelear en la Arena.” dijo triste Agua.

“Yo podría fácilmente ganarle al minotauro”. Sugirió Estego. Estego no tenía ningún problema con matar. Los dragones de Nagaloka de todos colores (excepto los dragones dorados, los peores pacificstas del planeta) se conocían por su amor a la batalla y especialmente por su amor a la victoria.


Paradójicamente, era muy extraño ver un dragon en la Arena de Ciudad Paleta. Nadie en sus propios cabales estaba dispuesto a enfrentar un dragon maduro en la Arena, y los dragones generalmente no tenían discordia entre ellos mismos, y menos entre seres inferiores. Por todo su amor a la batalla, los dragones de Nagaloka no tenían enemigos. Se consideraban la cima de la pirámide alimenticia. Tendría que ser un ser muy desesperado o loco el que retaba un dragon a pelear.

Mientras tanto, el día siguiente, devotos de Krsna empezaron a llegar a la nueva casa de Agua y Estego pensando que tal vez había un templo nuevo donde podían rezar. Noticias del reto del minotauro llegaron muy lejos, y pronto devotos de otras pequeñas aldeas alrededor de Ciudad Paleta también empezaron a llegar. Cientos de devotos se congregaron en Ciudad Paleta, ansiosos de venerar a su Dios. Los cristianos también empezaron a llegar a la ciudad, pues una batalla entre religiones atraía mucha atención de ambos lados. La batalla entre Agua y el Minotauro se consideraría una batalla de fe, y por lo tanto, una batalla sagrada.

El Consejo de Ancianos, especialmente Jigolanthas, miraron con mas atención el asunto. Los miedos del gnomo de disturbios religiosos en su ciudad estaban empezando a convertirse en algo muy probable. Los hoteles de Ciudad Paleta se llenaron de humanos cristianos de la Niña, la Pinta y la Santa Maria que vinieron a apoyar a su religión. Por su parte, el Reino Vaisnava de Rasalandia mando un grupo de observadores oficiales para anotar la victoria de Agua sobre el minotauro. Lo chistoso del asunto es que Rasalandia tenía un Rey minotauro y la mayoría de los devotos eran minotauros. Se trataba de la primera vez que minotauros estarían porreando por un miembro de otra raza contra uno de la suya propia.

Agua quería permitirles entrar, pero por ley, estaba forzado a mandarlos a rezar en el templo mas cercano, en un pequeño pueblo llamado Beregost, en camino a Grumpslandia, la tierra de los Enanos, varios kilómetros de distancia de Ciudad Paleta. Cada vez que el no permitía un devoto rezar, su corazón se atormentaba. Muchos devotos le preguntaron a Agua si pelearía con el minotauro. Agua les explico a todos que no podría. Todos los devotos se entristecían con estas noticias, pensando que nunca tendría Ciudad Paleta un Templo Vaisnava.

Noticias de el gran evento llegaron asta la lejana tierra llamada Mar de Hielo, donde temibles Gigantes de Hielo Vivian en sus enormes igloos. En todos los pueblos vaisnavas de Nagaloka, figurines del “campeón de Krsna” aparecieron en los hogares de los devotos. Las figuritas eran de Agua con una variedad de letales armas en su mano, mazos, espadas, lanzas y arcos.

Agua llego al momento mas bajo de su existencia. Todos los devotos de su mundo dependían de el en la Arena, y el no podía pelear. Una tristeza enorme nublo mente y azoto su corazón. Pronto, Estego pensó que su amigo moriría de tristeza.

Estego platico esa mañana con una libélula gigante que encontró volando por ahí que le dijo sobre un mercader que vendía soluciones a todos los problemas. Viajaba en una caravana de enanos cerca de el la costa del Mar de Serpiente al sureste de Ciudad Paleta. Cuando Estego le platico a Agua sobre la conversación con la libélula, el hombre lagarto levanto sus ánimos bastante en la idea ir a ver al mercader.

Estego y Agua volaron rápidamente sobre la costa del Mar de Serpiente y dieron con una enorme caravana de dinosaurios. Estego voló mas cerca para apreciar de qué se trataba.

Lo que encontraron fue varios enanos trabajando como pastores de dinosaurios en la enorme caravana. Halal, un mercader de dinosaurios, un enano gordísimo, vestido enteramente de cueros de dinosaurio y con un enorme fémur de Tyranosaruio como bastón les dio la bienvenida. El rotundo líder de la caravana pensó que el dragon y al hombre lagarto venían, seguramente, en búsqueda de algún animal en buena salud para comprar.

“Hola, caballeros! Bienvenidos a la caravana de Halal el gordo. Yo soy Halal, propietario de estas bestias maravillosas.” Dijo el enano, abriendo sus brazos al dragon que descendió del cielo cerca de la caravana pero no tan cerca como para asustar a las bestias.

“Saludos, Halal!” Dijo Estego. “Somos Estego y Agua, y buscamos al mercader que vende soluciones a todos los problemas!”.

Halal rió mucho sobre estas noticias y estaba ahí en poco tiempo para darle la mano al hombre lagarto. El lagarto parecía tener facha de hechicero bien pagado, y un dragon siempre tiene algún monte de oro en su nido. El día se veía muy lucrativo.

“Sois vos el mercader que vende soluciones a todos los problemas, Halal?” Pregunto el ingenuo.

“Pero claro, hombre. Veo que mi reputación me precede! Me habéis encontrado, muchachos. Pero la pena es que ustedes me conocen a mi y yo no a ustedes.. ¿Qué nombres tenéis?”. Halal empezó a frotar sus manos en anticipación del oro que seguramente caería ahí literalmente del cielo.

Satisfecho que había encontrado a la persona indicada, Agua empezó a relatar toda su historia desde el sueño con Krsna. Halal escucho con gran atención, y en medio de la conversación mando pedir “refrescos” para sus nuevos clientes.

Dos enanas preciosas y jóvenes, vestidas con demasiada poca ropa, trajeron dos sillas y una mesita llena de los más fabulosos manjares conocidos por los seres inteligentes de Nagaloka. En lo que concierne alimentación, Halal el mercader de Dinosaurios no tenía miedo de gastar opulentamente.

Claro, Halal no tenia ni la mas remota ida de cómo ayudar al hombre lagarto, pero un cliente es un cliente y Halal logro venderle dos crías de dinosaurio del tamaño de perritos medianos: un estegosaurio y un pato saurio, que cuando llegaran a ser grandes nunca cabrían en la casita de la viuda que pretendía ser un templo de Krsna.

Entender por que Agua saco sus moneditas de oro para comprar dinosaurios cuando en efecto sus problemas no tenían nada que ver con ganado o bestias gigantes es un poco raro. Podríamos culpar la inocencia del hombre lagarto, pues ciertamente Agua pensaba como un niño pequeño en muchas cosas. Podríamos igualmente felicitar la enorme capacidad de Halal para vender su mercancía. Tal vez el asunto tuvo que ver con los ojos enormes y amorosos de el estegosaurio. O simplemente el hecho que Estego tenía como nombre Estego. La verdad es que no importaba. Las bestias le costaron una moneda de oro al hombre lagarto. Parecían bastante amistosas y muy civilizadas. Agua se pregunto si estaban entrenadas en el baño.

Después de una despedida agradable con mas “refrescos” para el camino, Halal y sus dinosaurios continuaron su ruta a Grumpslandia y Estego, Agua y sus nuevas mascotas se vieron forzados buscar un barco para poder regresar a Ciudad Paleta antes de una semana, y así cumplir con el reto del minotauro. El viaje a pie tardaría más de una semana, pero en barco podrían llegar ahí en un día. Esta claro que Estego podría volar, pero no con el peso de dos crías de dinosaurio sobre su espalda.

En la carretera costera entre Grumpslandia y Ciudad Paleta, varias residencias habían asentado cerca las unas de las otras, y pues no fue nada difícil encontrar un hotel cercano con un muelle, y varios barcos anclados ahi con distintas banderas. El hotel estaba hecho de una enorme carabela con un gigantesco hoyo en su costado, el cual en vez de ser arreglado, fue simplemente cubierto con una tela gruesa que tenia un dibujo de un gran caballito de mar arriba del cual estaban las palabras: “Alberge el Caballito de Mar” y bajo esas palabras “Sopa de pescado 2 cobres, cerveza elfica 1 caracol”.

Aquí vale explicar un poco de la economía en Nagaloka. Los humanos, enanos y elfos habían infectado a las muchas otras razas con un valor extraño para una roca bastaste común y no del todo útil: el oro.

Pues, en el mundo de los humanos, ciudades, pueblos, aldeas y pequeñas caravanas nómadas, que significa en toda Nagaloka, por que los humanos pueden encontrarse por todos lados, el oro representa el sistema de valor entre ellos.

Para razas no infectas con tal absurdísimo, es decir, seres inteligentes, como los dragones, las ninfas y los sátiros, valorar unas piedras, no importa que tan bonitas, pareciera una aberración.



Para Agua, que como el resto de los hombres lagarto valoraba frutas, hongos, raíces y plumas, el oro que le daba el Consejo de Ancianos de Ciudad Paleta por sus servicios como hechicero no tenía más valor que algo con lo que Agua podía obtener frutas, hongos, raíces y plumas. Como Agua conseguía esto diariamente en el Bosque Paleta sin costo alguno, su oro se acumulo durante muchos años.

Esto logro que Agua ahorrara una enorme cantidad de monedas de oro, las cuales cargaba por doquier cuando salía en una bolsita simple de tela de cáñamo. Con una monada de oro, uno puede comprar 200 vacas, o un barco, o una casa. En la mayoría de lugares, una moneda de oro puede ser cambiada por 500 cobres. Y 100 caracoles de mar valen un cobre. Pues, Agua podía fácilmente comprar la caravana entera de Halal porque se podría decir que Agua era rico, pero para el tal concepto no tenia valor.

Seguramente Agua y Estego podrían encontrar un barco para alquiler en “El Caballito de Mar”.

Estego tomo forma elfica para poder ingresar al albergue donde seguramente no cabía un dragon. Ataron a las crías de dinosaurio a un árbol fuerte y grande y entraron inconspicuos.

El dueño del “Caballito de Mar” parecía un troll, pero tenia alas de murciélago y la piel verde. Exóticos como el eran comunes. En un mundo donde la magia y la manipulación genética se practican con regularidad, todo tipo de seres únicos pueden aparecer a cada rato. Toma una pizca de murciélago, añade dos partes troll y un poco de lagarto para colorear, y presto: troll alado verde.

Estaba trabajando en colocar varias botellas de vino en un gran gabinete detrás de un bar patrocinado por media docena de seres muy variados. Diez mesas de madera tallada cada una con cuatro sillas estaban llenas de clientes exóticos servidos por cuatro trolls femeninas que parecerían las bellezas más grandes del universo… Para un troll.

“En que les puede ayudar Caballito de Mar”. Dijo el troll con alas.

“Buscamos un barco para alquilar”.

“Pregunten a mis clientes. Hay muchos barcos en mi muelle, y no creo tengan problema con alquilar pasaje. ¿Desean comer?”

Agua y Estego decidieron probar la sopa de algas marinas para Agua y el cordero al horno para Estego. Agua no tomaba bebidas embriagantes, pero Estego tenia buen paladar para la borrachera. Algunos clientes no podían creer un delgado y pequeño elfo azul claro tomando mas cerveza que un enano de sangre roja, pero en Nagaloka sucedían cosas extrañas todo el tiempo.

Al cabo de un rato, una kobold con un parche en el ojo izquierdo y una pata de palo llego a la mesa de los dos amigos.

“Perdonen ustedes, pero me he enterado que buscan pasaje.” dijo la diminutiva reptiliana con escamas amarillas y anaranjadas, meneando la larga cola de lado a lado como un perro feliz. “Me llamo Syamakunda, y soy capitana de La Rosa de Mar la nave mas rápida de los cuatro vientos!”.

La voz de Syamakunda recordaba Agua a la voz de las niñas de la escuela para brujas jóvenes de Ciudad Paleta. Una voz llena de travesura y picardía.

“Queremos regresar a Ciudad Paleta con rapidez.” Dijo Estego, el negociador del par.

“Justo estábamos mis muchachas y yo pensando en visitar Ciudad Paleta. Hace rato que no vamos ahí. ¿Cuánto oro tienen?”.

Agua, en su vida inocente, aislada y ermitaña de hechicero metido todo el tiempo en los laboratorios de magia de la ciudad no entendía nada de piratas y robos en alta mar, pero Estego, siendo dragon, y claro esta, muy viajado por todo Nagaloka reconoció el peligro inminente en divulgar la riqueza de su amigo a la extraña kobold.

“Una sola moneda de oro entre los dos. Más que suficiente para el pasaje, espero yo. Podríamos volar ahí, pero traemos ganado”. Dijo el dragon vestido de elfo.

“Por una moneda de oro los llevo asta Ciudad Kukulkan!” dijo Syamakunda.

“Tenemos prisa.” Dijo Agua.

“Entonces, terminen de comer, permítanme una hora para hacer preparativos y zarparemos al instante… solo hay una cosa. El pago es por adelantado”.

“Pagaremos cuando estemos abordo”. Dijo sabiamente Estego.

Una hora después, Agua, Estego y los dos dinosaurios abordaban la Rosa de Mar. No fue cosa fácil. La Rosa de Mar estaba hecha para kobolds, que tienen la talla de un niño humano de un metro. Es decir, para estego, en forma de elfo, y Agua, el techo estaba bastante corto y tenían que pasar el tiempo adentro del barco o sentados, acostados o agachados. Los dinosaurios bebes fueron a dar en la cubierta, donde los kobolds mantenían sus víveres y agua fresca. Syamakunda compro cuatro grandes bloques de alimento para ganado. Temía que dinosaurios no se comerían todo su barco.

Después de recibir su moneda, la capitana Syamakunda ordeno a su tripulación desatar el barco, alzar el ancla y zarpar. Agua y Estego primero pensar pasar el rato mirando el mar, pero después de ver que tan fácil es marearse en alta mar, prefirieron acomodarse en unas hamacas demasiado pequeñas para ellos. Una de las kobolds, que parecían ser todas mujeres, les ofreció café caliente y biscochos duros. No pudieron comer ni un bocado.

Así pasaron casi toda la mañana, disfrutando el viaje. Esa tarde, cuando el sol empezaba a bajar por el horizonte, un grito aterrorizado de una kobold en el carajo cambio todo eso.

“Serpiente de mar! Serpiente de mar a la vista!”.

Rápidamente, Syamakunda reconoció el peligro. Las serpientes de mar en Nagaloka llegaban a ser muy grandes. Una de las tripulantes le grito:

“¿Qué hacemos, Capitán? Viene derecho hacia nosotras!”

“No podemos escapar! Prepárense para luchar!” ordeno la valiente y diminuta reptiliana. Segundos después, una docena de kobolds agarraron sus armas, arcos, ballestas y lanzas y se el la cubierta para pelear contra una serpiente cien veces mas grande que su barco.

Agua salio de los camarotes y finalmente vio al adversario temible.

Tenía más de cien metros de largo, y su enorme cabeza, del tamaño de un ogro maduro sobresalía unos 30 metros del agua. Es decir, el doble de la altura del barco. Era negra y lustrosa, como el carbón. Sus escamas tenían el tamaño de ruedas de un carruaje. Parecía respirar fuego por su nariz. Lo mas impresionante de todo era una corona de oro puro sobre su cabeza.

Rápidamente empezó a rodear La Rosa de Mar con su cuerpo. Cosa fácil, pues la Rosa de Mar no tenia mas que 20 metros de largo.

“Nos rodea!” dijo una marinera apuntando una ballesta a los ojos del monstruo.

“Dime algo que no se! No disparen! No disparen!” grito Syamakunda, enfurecida. La orden de no disparar salio del hecho que la serpiente traía una corona. Este no se trataba de un simple monstruo de mar, y atacarla podría ser mucho peor.

Y de repente, la enrome cabeza de la serpiente salio del mar, y se puso a unos cuantos metros enfrente de la cabeza diminuta de Syamakunda.

“¿Tu eres la capitana de este barco?” pregunto la serpiente en una voz que sonaba como el mar durante una tormenta.

“¿Quién quiere saber?” dijo valientemente la kobold.

“La dueña de esta aguas. Y alguien que puede hundir tu pequeña lancha con un simple coletazo”. Respondió ferozmente la Serpiente.

“El mar no le pertenece a nadie”. Dijo Syamakunda, desafiando el destino y la corona de la serpiente.

“No sabes que este mar se llama Mar de la Serpiente?”. Dijo la Serpiente con cierta diversión en su voz.

“Seguramente no eres la única Serpiente de Mar en el Mar de la Serpiente. Por que no me dices tu nombre, y que quieres de nosotros, y yo te diré el mió. Es únicamente un asunto de ser civilizados entre nosotros los seres civilizados”. Dijo la Capitana de la Rosa de Mar.

“Esta bien. Me honra tu valor, pequeña kobold. Me llamo Kaliasa, y soy Rey de esta agua. Vine por que sentí la presencia de cierto hombre lagarto en tu barco, y me gustaría platicar con esa criatura!”. Dijo Kaliasa.

“Perdone usted, majestad. Lo hare traer al instante!” Dijo Syamakunda, doblando su cintura en el saludo oficial a la realeza.

Syamakunda rápidamente hizo traer Agua arriba y presento al hombre lagarto con la temible criatura que rodeaba su barquito tal cual un gato rodea un ratón.

“Tu eres Agua, de Ciudad Paleta, y estas aquí por que buscas como hacer un templo para Krsna en dicho lugar. Yo soy una Serpiente Sagrada y devota de Krsna también, y te quiero ayudar a cumplir tu misión.”

Todos los tripulantes respiraron alivio ante estas palabras que resonaban como tambores en el agua. Las Serpientes Sagradas no asesinaban barcos y sus tripulaciones sin buena razón.

“Gracias, Majestad, pero no tengo idea en como puede ayudarme”. Dijo Agua.

“Conozco todo sobre ti, pues puedo leer tu mente y corazón. Entonces déjame ayudarte con esto que voy a decirte, tu templo será el mas grande de Ciudad Paleta, pero primero, se bañara en la sangre de aquellos que se opusieron a el. Tu pena por eso será una corona.” Y después de decir esto, Kaliasa se sumergió bajo las olas para no aparecer de nuevo.

Agua medito bastante sobre el horrible mensaje del Rey Kaliasa. El Templo de Krsna se bañaría en sangre. ¿Y que quiso decir con “tu pena será una corona”?

La Rosa de Mar llego sin incidentes al puerto de Ciudad Paleta esa misma noche. Syamakunda se despidió de Agua y Estego cordialmente, y les dijo que los visitaría en el invierno en su templo, que seguramente podrían lograr edificar pronto. Estego y Agua regresaron a su casa con los dos dino bebes, a los cuales nombraron Pato Patito y Dragon. Podrían los pequeños dinosaurios vivir en la casa con ellos por un par de años, antes que llegaran a crecer a su tamaño normal.

PARTE CUATRO: La Ciudad de los Enanos.

“Dhrtarastradijo: Oh, Sanjaya, ¿Qué hicieron mis hijos y los hijos de Pandu después de reunirse en el lugar de peregrinaje de Kuruksetra con deseos de pelar?” Gita 1:1.

Los esfuerzos por defender el Templo Vaisnava de los Cristianos no fueron fáciles. Solo quedaban dos días mas antes que Agua tuviera que pelear con Jen el minotauro en la Arena.

Le pidió Agua con oraciones a KRSNA que le explicara como vencer al minotauro sin tener que recurrir al combate, el cual fue propuesto por el Consejo de Ancianos. Todo ese día, Agua lloro y lloro por una solución. Esa noche, Krsna llego en otro sueño.

En su sueño, Krsna le explico que la manera de hacerlo seria aliándose con el bélico Rey Enano llamado Grumps, un enano temible en la llamada Tierra de las Sombras, miles de kilómetros de bosques y montañas ingobernables, llenas de criaturas horripilantes y sumamente peligrosas. El enano era el Rey en la vecina ciudad de Grumpslandia, metrópolis rival en tamaño y estatus a Ciudad Paleta.

Por la mañana viajo el joven lagarto a Grumpslandia sobre la espalda de Estego, para buscar una cita con el Rey Enano.

Los enanos son los mejores mineros de todos los mundos, y por eso, todas las residencias de la enorme ciudad estaban hechas de mármol blanco tallado a la perfección. Los enanos tenían una ciudad organizada y coherente, con grandes edificios cuadrados de gran belleza, con pilares, ventanales y fachadas, pero completamente similares en estilo y coloración. La ciudad de los enanos era una ciudad totalmente blanca con bellos techos de teja forjada roja. Las paredes eran todas decoradas con pictogramas de grandes hazañas de los enanos a través del universo. La ciudad hablaba bien de la riqueza de los señores enanos y su dedicación al arte con martillo y cincel. Otro tema importante de Grumpslandia eran las estatuas, extremadamente realistas construidas de oro, plata, y cobre. Todas estaban incrustadas con gemas y joyas preciosas. Claro, tales riquezas expuestas al aire libre necesitaban de una fuerza militar grande y poderosa. Agua espió desde las alturas muchísimos soldados enanos todos armados con una variedad de armas caminando por las calles de Grumpslandia. Sus uniformes estaban hechos de hierro de varios colores, y aparentemente, el color representaba el rango. Civiles enanos y uno que otro extranjero caminaban por las blancas calles, comprando, vendiendo, platicando y viviendo vidas perfectamente ordinarias.

El avistamiento de Estego en los cielos de Grumpslandia causo una alarma entre los enanos.

Muchos apuntaron sus dedos al gran reptil azul con su pequeño amigo verde sobre la espalda. Uno que otro apunto algún arma como un arco o ballesta. Un soldado de rango superior a los demás por las plumas en su casco hizo señas para obligar a Estego y Agua descender en una calle cerca de un entrenamiento militar donde un pelotón practicaba tiro al blanco con ballestas.

Estego, siempre cauteloso, empezó a descender lentamente en el lugar. De un momento a otro, el dragon y el hombre lagarto se vieron rodeados de soldados enanos vestidos en armadura pesada con ballestas apuntadas a ellos.
El oficial de las plumas grandes llego ante ellos.

“¿Qué hacen un dragon y un hombre lagarto sobre los cielos de Grumpslandia?”. Pregunto en un tono muy poco amistoso.

“Busco al Rey Grumps para pedirle un favor”. Dijo Agua sin un poco de temor en su corazón. El que nada esconde, nada teme.

“Los hombres lagarto no buscan favores del Rey Grumps, amigo. Corren de el para salvar sus vidas”. Dijo el oficial. Y de repente, los enanos empezaron a reírse, hiriendo los sentimientos de Agua. Los enanos eran un pueblo agresivo.

“Es un asunto muy importante. Venimos de Ciudad Paleta y no sabia que hay problemas ente los enanos y los hombres lagarto”. Dijo Agua con su típica ingenuidad.

“Vamos, hombre, no hay guerra, y me parece muy interesante en verdad. Un hombre lagarto de Ciudad Paleta en busca de un favor del Rey. Esta bien, amigo, te llevare con el. Seguramente será causa para su diversión. Pero tu dragon mascota tendrá que permanecer aquí con mis soldados. No se permiten dragones en la morada del Rey. ¿Como es que te llamas, extranjero?”. Dijo el enano emplumado.

“Agua. Y no es mi mascota, es mi amigo, y se llama Estego!”. Dijo Agua, mostrando la más pequeña indignación en su voz.

“¿Estas seguro que quieres ir con el?” Pregunto Estego a Agua.

“Si. No te preocupes. No hay nada que temer”. Dijo Agua.

Otra ronda de risa histérica por parte de los soldados enanos. Agua ya estaba fastidiándose con los diminutos barbudos. Criaturas arrogantes estos enanos pensó.

El líder tomo a Agua fuertemente por el brazo y le dio una palmadita amigable en la espalda. “Ven pues, Agua, hombre lagarto de Ciudad Paleta. Vas a conocer al Rey!”.

“¿Cómo te llamas tu?” Pregunto Agua al enano.

“El General Kurgan Hacha Sangrienta, a tu servicio”. Rió el enano, como si su nombre fuera un chiste secreto.

Es Castillo del Rey Grumps fue exactamente lo opuesto que esperaba Agua. En vez de un enorme castillo con gigantescas paredes repletas con gemas preciosas, parecía mas bien una de las residencias más humildes de la ciudad, pequeña y practica.

La única indicación que alguien importante vivía ahí eran dos soldados en armadura dorada con enormes plumas en sus cascos que guardaban la simple puerta de la vivienda.

Agua no aguanto las ganas de preguntar: “¿Ese es el castillo del Rey? No parece lugar apropiado.”

Kurgan respondió: “Nuestro monarca valora ante todo la simplicidad y austeridad. Es dueño de todo lo que ves en esta ciudad, pero prefiere vivir humildemente sin los beneficios de sus riquezas. Te seré honesto, Agua, yo no entiendo esa parte del carácter del Rey. Si fuera Rey yo, tendría el mejor palacio de todo Nagaloka!”.

Uno de los guardias vio al General y su invitado y saludo con el saludo oficial de los enanos, la palma de la mano derecha extendida a la altura de la cara.

“Ave Grumps!”

El General Kurgan regreso el saludo.

“Ave!”

Ambos enanos miraron al reptiliano. Agua levanto débilmente su mano y repitió. “Ave Grumps”.

“Traigo este extranjero de Ciudad Paleta que busca una entrevista con el Rey. ¿Estará ocupado ahora?”. Pregunto Kurgan con bastante autoridad en su voz.

“Acaba de desayunar y esta abierto a entrevistas del publico”. Dijo el otro guardia. “Pasen, por favor”.

Kurgan y Agua entraron la residencia del Rey.

Agua pensó por un instante de estar en la cabañita de la viuda enana. El estilo de decoración era simple y barato. Muebles de madera cómodos, prácticos y fáciles de reproducir. Una chimenea con una cafetera ardiendo. Alfombra bordada de cáñamo, y un goblin que vino para servir a los invitados un poco de café.

Kurgan y Agua se sentaron en unos cómodos sillones en la sala. El bien portado goblin les sirvió café y les aviso que el Rey llegaría en unos minutos. Agua noto por primera vez algo que le destruyo todas las ilusiones de simplicidad de la residencia del Rey: en una gran pared de la sala, varias cabezas decapitadas y colgadas miraban a los invitados con ojos de vidrio acusatorios: un goblin, una bruja de mar, un gigante de hielo, un Tyranosaruio … y un dragon. Trofeos de las batallas del Rey. Agua se sintió muy incomodo en ese lugar, y pensó que tal vez pedir un favor de este asesino seria mucho mas difícil de lo que pensó.

“Veo que te incomodan mis trofeos, extranjero!” dijo el Rey Grumps antes de entrar a la sala. Agua siguió la voz ronca y antigua como las rocas y vio al buen Rey de los enanos por primera vez. Una figura redoblada con la edad, arrugada, y diminuta, pero con la postura de un guerrero. La nariz enorme y roja del Rey estaba llena de pequeñas cicatrices en la piel. Su barba, llena y blanca como la nieve, llegaba a sus rodillas. Pero lo mas impresionante del Rey Grumps fueron sus ojos, azules y penetrantes como cuchillas. El Rey estaba desnudo excepto por unas pantuflas en forma de conejitos.

“Majestad!” Dijo Kurgan y se levanto de su sillón, saludando formalmente. Agua hizo lo mismo.

“¿Que me traes aquí a la hora de mi baño, Kurgan?”. Dijo el Rey con un poco de diversión y picardía en su voz. Entrar a la entrevista desnudo era su forma de hacerle un chiste a su viejo amigo.

“Majestad, me dijeron en la puerta que…”

“Se bien que dijeron esos dos pillos en la puerta, Kurgan. Yo les dije que decir”. La risa del Rey Grumps tenía aire contagioso.

Kurgan tosió incómodamente, tratando de hacer leve la situación. El Rey se rió, agarro una toalla y se cubrió su desnudez..

“Vengan, vengan, vamos a sentarnos y tomar nuestro café juntos. No veo muchos hombres lagarto aquí en mi hogar, y esto es algo que celebrarse. ¿Cómo te llamas, extranjero? ¿En que puede servirte el Rey de los enanos?” El Rey Grumps era completamente distinto do todo lo que Agua imagino. Su cordialidad y jovialidad puso al hombre lagarto en menos ansiedad, pero los terribles trofeos hablaban de una persona capaz de violencia extrema.

Agua prosiguió en contarle al Rey todas sus aventuras, empezando con su primer sueño de Krsna. El Rey escucho con atención cada palabra, interrumpiendo el dialogo unas cuantas veces para hacer preguntas pertinentes sobre los eventos. Al terminar Agua su relato, el Rey Grumps tenía el rostro pensativo y hasta un poco preocupado.

El monarca se levanto de su sillón. “¿Kurgan, puedes venir conmigo un segundo a mi oficina? Agua, amigo.. ¿Nos disculparías un minuto o dos? Tengo un par de preguntas para mi general.” Kurgan y el Rey dejaron a Agua solo con las cabezas por un buen rato.

Al regresar, el Rey tomo amistosamente la mano de Agua.



“Nadie tiene el derecho de decidir por otros que forma puede tener su adoración a Dios. Te voy a ayudar con todo el peso de mi ejército, joven lagarto. Despreocúpate de tu reto en la Arena. Tu y tu dragon son ahora mis invitados en Grumpslandia hasta que se pueda arreglar el asunto de la construcción del templo de Krsna en Ciudad Paleta.” El Rey dijo estas palabras con una voz distinta. La voz de Rey.

Agua no estaba muy seguro de que se trataba todo esto. ¿Cómo exactamente ayudarían los enanos a establecer el templo de Krsna en Ciudad Paleta?

“Kurgan, lleva a Agua y Estego y encuéntrales aposentos adecuados para vivir con nosotros un rato. Tenemos muchas preparaciones que hacer. Sospecho que mi viejo amigo Jigolanthas va a tener la sorpresa de su vida.”

















































CAPITULO SEGUNDO: ESTEGO, EL DRAGON AZUL



Estego estaba furioso con Agua.

“Van a invadir Ciudad Paleta!” Grito el dragon. Había tomado la forma de un enano con una larga barba verde, para poder caminar las calles de Grumpslandia sin tanto espectáculo.

Agua estaba disfrutando las maravillosas frutas que los enanos le traían cuatro veces al día. El Rey Grumps no esperaba que sus huéspedes de honor fueran tratados a la misma simplicidad y humildad que el esperaba de si mismo. Agua y Estego gozaban de una hacienda gigantesca con sirvientes, baños de aguas termales, golosinas, y bardos que tocaban música bellísima a todas horas. Agua y Estego fueron tratados como reyes por los enanos. Agua estaba encantada con el tratamiento. Estego estaba preocupado.

“Están preparando sus tropas, Agua! Los vi hoy en la plaza central, marchando a diestra y siniestra en preparativos para una guerra!”.

“El Rey Grumps y el Anciano Jigolanthas son viejos amigos. Seguramente los enanos solo quieren ayudar.” Dijo Agua. Pero con poca convicción. La verdad es que los enanos si estaban preparándose para la guerra. Agua no quiso reconocer la verdad.

“Los enanos no están blufeando. Están preparándose para marchar sobre Ciudad Paleta! Tu templo es simplemente una buena excusa para invadir un pueblo sumamente rico y poderoso. Grumps es un guerrero expansionista con visiones de Imperio, y tu caíste en su juego. Tienes que retirar tu petición antes que esto se convierta en una tragedia para todos!”. El dragon estaba rozando con la histeria.

Peor, Estego temía que los enanos estaban espiando su cada palabra. Mas que nada, Estego quería volar muy lejos de la tierra de los enanos para nunca volver.

“El Rey Grumps no necesita una excusa para invadir ningún lugar, Estego. Yo todavía estoy pensando que este conflicto tendrá una solución diplomática. En mi sueño..”

Furioso, Estego grito: “¿Y que tal si tu sueño solo fue un sueño, Agua!?”.

En un instante, Estego se arrepintió de su estallido. El dragon no quiso decir lo que dijo. Sabía que había herido fuertemente los sentimientos de su amigo.
Agua sintió como su sangre fría se puso helada con el comentario. Por unos minutos, mantuvo silencio total. Entonces, escupió un pedazo de piña que estaba mascando y salio de la hacienda enfurecido y sin decir una palabra a Estego. Tenia lagrimas de cocodrilo en sus ojos.

Agua empezó a caminar sin rumbo las blancas calles de Grumpslandia. Por donde fuera, enanos lo miraban y murmuraban entre si. Ese era el hombre lagarto que llevaba a sus padres, hijos y hermanos a la guerra. Ese era la mascota del sangriento Rey Grumps. Los ojos de los enanos clavaban dagas frías de duda en el corazón de Agua. ¿Tendría razón Estego?

Una mano fuerte tomo el brazo de Agua con cierta familiaridad. Agua se volteo y vio al General Kurgan, parado a su lado.

“¿Te gusta la fruta, verdad? Conozco un restaurante, el dueño es un elfo, y su visión gastronomica seguramente será mucho mas de tu agrado. Es uno de los pocos lugares donde extranjeros no son tan extranjeros. Ven, te invito a almorzar”.

Kurgan acompaño Agua por las calles de Grumpslandia. Llegaron a un restaurante espacioso y con un gran jardín. Algunos humanos, elfos y hobbits estaban sentados almorzando en el jardín. Agua se sintió mucho más cómodo cuando vio un par de kobolds comiendo. Parecían, por sus vestiduras originarios de las montañas centauro.

Kurgan entro con Agua y tomaron una mesa apartada de los demás clientes. Un enano joven y de barba corta llego y tomo sus órdenes. Ensalada de fruta para Agua y hotcakes, tocino y cerveza para Kurgan.

“Agua, puedo ver que estas pensando que pedir la ayuda del Rey fue mala idea. Tal vez lo que hace falta es explicarte un poco de nuestra historia. Seguramente entenderás mejor por que el buen Rey ha decidido tomarte de la mano”. Kurgan hablo con Agua como si fuera un niño pequeño. El enano se daba cuenta de la inocencia y ingenuidad del hombre lagarto, y tomo una actitud de pariente preocupado.






“El Rey Grumps es inmensamente anciano. Tiene mas de dos mil años de edad, y logro crear Grumpslandia sobre los huesos de poderosos enemigos que vivían aquí antes que nosotros. Gigantes de hielo que te aplastarían con gusto. Dragones malhumorados que te rostizarian simplemente por estar ahi. Un gran ejercito de humanos salvajes y sangrientos. La Tierra de Las Sombras en ese entonces era un lugar sumamente peligroso. Cuatro grandes aventureros llegaron por un portal mágico a estas tierras. Un enano, un gnomo, un elfo y un humano”.

“¿El Consejo de Ancianos?” Pregunto Agua.

“Así es. Grumps era el líder de la expedición. El gnomo Jigolanthas era su mejor amigo. Encontraron esta tierra infestada de malvados humanos que esclavizaban a gnomos y enanos y kobolds y hombres lagarto, y a los que no podian esclavizar, mataban. Mataban niños y mujeres como si fueran animales. El líder de estos humanos se llamaba Julio Cesar Júnior, y fue el peor de los tiranos. Grumps y sus amigos formaron una rebelión entre los esclavos y algunos humanos que odiaban a Julio. Estallo una terrible guerra. Estamos hablando de una guerra hace mas de mil años, Agua… No puedes imaginar los horrores que vivieron esas gentes.”

“Bueno… Grumps, Jigolanthas, Xan y Canción de Lluvia lograron ganar la guerra. Pero el costo en vidas de elfos, gnomos, enanos, humanos y hombres lagarto fue enorme. Miles de vidas se perdieron en violentas confrontaciones. Los humanos, que hasta ese entonces eran los seres dominantes, fueron los más afectados, y muchos de ellos se marcharon al este, huyendo la compañía de Grumps, jurando venganza. Los enanos fueron victoriosos y se quedaron con todo lo que quedo de la antigua ciudad de los humanos, que en ese entonces se llamaba Nueva Roma. Grumps fundo Grumpslandia aquí mismo, sobre las ruinas de Nueva Roma. Pero pronto disputas y envidias entre los humanos bajo Canción de Lluvia y los enanos bajo Grumps empezaron a destrozar la amistad entre los dos amigos. Muchos humanos estaban inconformes con los enanos. Odiaban pensar que sus esclavos se habían convertido en sus nuevos amos.”

“Por otra parte, los hombres lagarto, que siempre fueron nomadicos y libres en los bosques, tampoco estaban muy felices. Los enanos, que construyeron ciudades por todos lados y los hombres lagarto que preferían vivir libres en el bosque nunca se llevaban bien, pero después de la guerra, viejas riñas entre las dos razas se prendieron con nueva ferocidad. Todos estos problemas estallaron un día cuando un herrero humano y un mercader enano pelearon en la plaza sobre el precio de una espada. La pelea se convirtió en disturbio mayor entre cientos de enanos y humanos enfurecidos. Grumps mando tropas para calmar la muchedumbre y varios agitadores fueron asesinados por los soldados. Canción de Lluvia se peleo con su viejo amigo por la decisión de mandar tropas y decidió salir de Grumpslandia para fundar su propio pueblo humano. Como la orden de mandar las tropas vino de los labios de Grumps, Jigolanthas y Xan se fueron al exilio con Canción de Lluvia también. Enfurecido por la actitud de su viejo amigo humano, Grumps no pudo hacer nada para detener a los humanos.”

“Después de un viaje peligroso y largo, Canción de Lluvia, Xan y Jigolanthas fundaron Ciudad Paleta en lo que alguna vez fueron las tierras de hombres lagarto libres y nómadas. Los hombres lagarto vieron la llegada de los humanos como una oportunidad de enriquecer su propia cultura que se dedicaba casi únicamente a la pesca de las orillas del Mar se Serpiente. Estos eventos sucedieron hace mas de mil años.” Kurgan termino su relato y pasaron unos minutos de silencio en lo que Agua digería la información y Kurgan los hotcakes.

“¿Entonces el Rey Grumps es miembro del Consejo de Ancianos?” Pregunto Agua.

“Claro que no. El Consejo de Ancianos son solo Xan, Jigolanthas y Canción de Lluvia. No quisieron romper su imperio, y pues en vez de ser reyes, son lo que son.” Dijo Kurgan entre bocados, tragando una gran cantidad de cerveza. “Nuestro Rey ha estado esperando una buena razón para rectificar las cosas con sus viejos amigos. Piénsalo así: ¿Qué hay mas en Ciudad Paleta, humanos o hombres lagarto?”.

“Hombres lagarto, claro esta!” Respondió Agua. En verdad, el último censo en Ciudad Paleta revelo que el porcentaje de hombres lagarto en la ciudad era de 47% de todos los habitantes, garantizando una mayoría fuerte contra solo 8% de humanos. Los enanos llegaban al 3%. Con una populación de casi dos millones de habitantes, eso significaba un enorme poder político para los reptilianos. Un poder que, dada la pacifica y servicial naturaleza de los hombres lagarto, no significaba gran cosa para los humanos. Los hombres lagarto en Ciudad Paleta no eran esclavos, pero ciertamente actuaban como tal, pues tenían la mayoría de trabajos indeseables como limpieza, reparación de calles, y servicios públicos.

“¿Y quien manda en Ciudad Paleta?”. Pregunto Kurgan.

Agua tubo que pensar bien su respuesta. Su naturaleza era servir a los demás. Los hombres lagarto separaban las características de los seres inteligentes en tres grupos, seres bondadosos, seres ignorantes y seres pasionales. Se consideraban a si mismo seres bondadosos, y por esa razón, determinar las actividades de otras personas nunca estaba en su interés. Un ser bondadoso sirve a otras personas. Pues, la cultura reptiliana se basaba en el servicio bondadoso. A este servicio los lagartos le denominaban por nombre Bhakti en su lenguaje propio.

A los humanos, los lagartos consideraban seres pasionales. Los humanos siempre estaban peleándose con el mundo entero y consigo mismos por sus pasiones. Los humanos deseaban tener grandes edificios y riquezas. El amor por el oro, que para los hombres lagarto se consideraba una enfermedad contagiosa empezó con la raza humana.

A los Goblins y Ogros se les consideraba ignorantes. Actuaban al borde de ser bestias salvajes, y su única conexión con la civilización radicaba en su uso del lenguaje común de todos los seres con inteligencia.

En el asunto de quien manda a quien, los seres pasionales eran en general los que mandaban sobre otros. Un verdadero Rey necesita un amor fuerte por su pueblo para ser buen gobernante. El amor fuerte se considera una pasión.

“Los humanos.” Dijo finalmente Agua.

“¿Crees que eso es correcto, Agua?” pregunto Kurgan. Pero Agua no pudo contestar. Nunca se había preguntado la naturaleza del poder en Ciudad Paleta. Nunca tuvo razón para hacerlo.

Agua regreso a la hacienda esa tarde para encontrar que su amigo Estego se había ido. Se sintió solo y miserable y no consiguió dormir más que un par de horas.

El día siguiente, Kurgan despertó al hombre lagarto muy temprano, pidiéndole que se vistiera rápidamente y que viniera con el. Agua se vistió con una sotana azul bastante cómoda y salio de la hacienda tras el General, que apresuraba sus pasos más y más.

Llegaron a una gran torre donde varios enanos vestidos de con las vestimentas de hechiceros entraban y salían.

“El Rey te espera en el observatorio. Vamos.” Dijo Kurgan, apresurándose.

El enano y el hombre lagarto subieron una interminable escalera hasta llegar a la puerta abierta del observatorio, un cuarto gigantesco con un telescopio enorme. Ahí, el Rey Grumps y su Primer Ministro, el hechicero elfico llamado Earling los esperaban. Earling parecía muy joven, casi un niño, pero algo en sus ojos hablaba de una gran edad. Estaba vestido con un taparrabos blanco, varias joyas y una enorme corona de plumas. La vestimenta de un chaman de alto nivel.

El elfo y el enano estaban parados junto a una fuente de agua sumamente azul.

“Ven, Agua. El anciano Jigolanthas quiere hablar contigo!” Dijo el Rey.

Agua se aproximo a la fuente de agua y vio el rostro de Jigolanthas aparecer ahí. En gnomo estaba enfurecido.

“Estupido! Que diablos crees que haces! Jen el minotauro llego a retarte a la Arena y no estas ahí! Has perdido tu derecho a un templo! Además, estas exiliado de Ciudad Paleta y tu casa y tus dinosaurios serán confiscados!” La piel blanca del gnomo estaba roja de rabia.

“Calma, viejo amigo” dijo el Rey Grumps a la cara en el agua. “Este hombre lagarto esta bajo mi protección, y todo lo que pido es que le permitas hacer su templo. ¿Como puede ser que los hombres lagarto no pueden rezar a sus dioses en tu ciudad? Eso no esta en el espíritu de tolerancia bajo el cual fundaron tu pueblo!”.

“Tu no tienes nada que ver con esto, Grumps! Quédate en tus tierras y deja de entrometerte en nuestros asuntos internos! ¿Crees que no se lo que esta pasando ahí!? Estas amasando tropas para invadirnos! Estas tratando de usar a ese estupido lagarto como excusa para invadir mi ciudad enano maldito!” Jigolanthas estaba empezando a sacar espuma de su boca, balbuceando de lado a lado la cabeza.

El Rey Grumps estallo como un misil: “¿Con que derecho me hablas así, gnomo de pacotilla!? Tu maldita ciudad no existiría si no fuera por mi y mis enanos! Tenia pensado ir a visitarles con un poco de pompa y circunstancia dada la importancia de este asunto, pero si lo que quieres es una invasión, pues es lo que tendrás!”.

El mundo de Agua se empezó a menear como La Rosa de Mar. Sus rodillas se debilitaron y casi se cae, pero por la fuerte mano de Kurgan, que le sostuvo en pie. Estego había tenido toda la razón del mundo! Este violento enano lo estaba usando como una pieza de ajedrez para poder invadir Ciudad Paleta.

La imagen en el espejo desapareció.

“Valla ese viejo tonto. Pensé que tal vez seria mas serio. Pero esta jugando conmigo como siempre, pensando que soy algún tonto que no sabe nada de política. Mira, Agua… Temo que tendremos que invadir Ciudad Paleta para poder lograr construir tu templo. Pero no te preocupes. Una vez que la ciudad sea nuestra, tú serás el nuevo Rey. Un Rey lagarto para una ciudad de hombres lagarto. Es lo correcto, ¿no crees?.” Una extraña luz apareció en los ojos del Rey Grumps. Se trataba de una lujuria incontrolable por el poder. A los dos mil años de edad, el viejo enano todavía soñaba de Imperio.

Agua sintió mareos y que quería vomitar. Su deseo de evitar una pelea en la Arena había causado una guerra! Ahora el era responsable de la posible muerte de miles de personas!

“Descuida, Agua… Se que todo esto es difícil para ti. Pero la verdad es que la liberación de tu raza de los humanos tiene que suceder algún día, y me enorgullece ser parte de ella. Nuestras tropas ya casi están listas para emprender la larga marcha a Ciudad Paleta. Necesitamos una semana más para prepararnos. Te ruego que no salgas de mi ciudad sin permiso. En este momento, te has convertido en una persona de gran importancia para mi pueblo.”




El Rey enano se volteo a ver a su General. “General Kurgan, mandemos un emisario a Rasalandia, el reino vaisnava de los minotauros. Ciertamente, ellos estarán dispuestos a hacer una alianza para asegurarse que su fe pueda ser observada en Ciudad Paleta. Manden un cofre de regalos dignos de la Princesa Minoreina de Rasalandia para estimular la cooperación entre nuestras naciones.”

Luego se volteo a ver a su Primer Ministro y consejero en todos los asuntos sobre hechicería. “Earling, pon a tus mejores hechiceros a observar los preparativos para nuestra llegada en Ciudad Paleta. Seguramente los hechiceros de Canción de Lluvia estarán preparándose desde ahora para enfrentar nuestras fuerzas. No quiero quedarme atrás en la guerra de magias. Canción de Lluvia tiene los mejores brujos, druidas y magos en su servicio. Quiero saber que traman. Quiero poder enfrentar esos hechizos cuando sea necesario.”

A uno de los asistentes de Earling le dijo: “Mándame traer mi consejo de guerra! Organizaremos la invasión desde esta torre.”

Al llegar varios otros oficiales en el ejército del Rey Grumps, Agua quedo completamente olvidado. Después de varias horas de escuchar sin mucho interés los bélicos preparativos del Rey enano para “visitar” sus viejos amigos en Ciudad Paleta, Agua decidió salir silenciosamente de la torre de hechicería de los enanos.

Empezó a deambular como zombi por las calles blancas. Sin rumbo y con el corazón destrozado por su propia ingenuidad. Se sintió olvidado y maldito por el destino. Un gran peso oprimía su pecho, y su mente estaba confundida y aturdida. Más que nada, extrañaba a su amigo Estego. Lloraba en su mente por el… Pero la mente de Estego, que siempre estaba abierta a las llamadas telepáticas de Agua se había cerrado. Agua sintió una terrible soledad.

Claro esta, no se dio cuenta que muy lejos de estar solo, un par de ojos cautelosos lo siguieron por todas partes.

Claustrofóbico de ver tantas caras barbudas y tanta piedra mármol blanca, Agua se interno en las afueras de la ciudad, y empezó a caminar por los enormes bosques de la Tierra de Sombras. Después de un rato caminando en el bosque, Agua empezó a sentirse mejor. La naturaleza siempre tenía un efecto arrullador para el joven lagarto. Su sangre nómada necesitaba libertad y grandes espacios abiertos.

Todavía en búsqueda de una solución a sus problemas, Agua encuentro tres guerreros humanos esclavizados con hechicería. Estaban peleando entre si, inconcientes y embrujados. Sus ojos parecían ojos de gente dormida.

Un pérfido Sátiro tocaba una flauta mágica cerca de ellos perchado en el árbol más grande del bosque. Los pobres guerreros estaban condenados por el Sátiro y su música demonica a pelear entre ellos mismos hasta la muerte.

Agua observo, sin ser visto, el terrible drama. Cada vez que perecía un guerrero, el Sátiro bajaba de su perche y lo curaba para que pudieran pelear de nuevo.

Finalmente, Agua no resistió ver más la tortuosa escena. Salio de su escondite y grito: “Deteneos!”. La música y la pelea se detuvieron inmediatamente. Los exhaustos guerreros humanos se colapsaron de cansancio al instante. El Sátiro miro al hombre lagarto enojado.

“¿Quien sois vos para detener mi diversión? ¿Qué intentáis con migo? Extorsión!” El sátiro con patas de cabra y cuernitos en su barbuda cabeza, típica de su especie, platicaba principalmente en rimas.

“Mire, señor, lo que usted hace con estos pobres diablos no es correcto. ¿Que le hicieron a usted para merecer tan penoso castigo?”. Dijo Agua, indignado.

“Lo que hicieron es asunto mío! De usted y su bravura yo me rió!”. Dijo el Sátiro peligrosamente. Y en un momento, empezó a tocar su flauta mágica nuevamente. Pero esta vez, la música cambio, y los guerreros, en vez de atacarse entre si, empezaron a amenazar Agua con sus espadas.

Agua invoco un hechizo para volverse invisible. Los guerreros quedaron inmóviles cuando su enemigo desapareció enfrente de sus ojos.

Pero el sátiro no perdió tiempo en sacar de su bolso un polvo rojo el cual soplo sobre el área, destrozando el hechizo de invisibilidad de Agua. En cuanto el hombre lagarto reapareció, los guerreros hechizados continuaron avanzando sobre el. Agua tubo que esquivar las afiladas espadas tres veces y correr en retirada. Pero su retirada fue detenida por los guerreros que lograron flanquearlo y rodearlo.

Agua estaba preparándose par a morir ahí mismo cuando un gran rugido rompió la voluntad de los guerreros hechizados, y la concentración musical del sátiro. Un enorme dragon azul apareció del cielo y aterrizo a unos cuantos metros de su amigo. Los humanos corrieron por sus vidas. El Sátiro, enfurecido, desapareció entre la maleza. Sus victimas estaban libres por causa de el hombre lagarto y su dragon, pero peor que eso, en el susto, el sátiro había tirado su flauta al suelo, y con un gran coletazo, Estego le despedazo en mil pedacitos.

“Nada mas te dejo un ratito y mira en que problemas te metes!” Estego dijo, enojado.

Pero Agua estaba demasiado feliz para escuchar una sola palabra. Abrazo la enorme pierna de su amigo y no la soltó por un buen largo rato. Dos ojos azules como el cielo miraron la reunión desde su escondite en el bosque.





PARTE DOS: La Montaña Emplumada

“La gente siempre hablara de tu infamia, y para una persona respetable, la deshonra es peor que la muerte.” Gita 2:34.

Estego y Agua volaron por los cielos sin rumbo preciso.

“Debes huir. Es la única solución, ir algún lado donde nunca te encontraran, ni el Rey Grumps ni el Consejo de Ancianos.” Pensó telepáticamente el dragon directamente en la cabeza de su amigo.

“Ni pensarlo, Estego. Tengo un deber, y debo cumplir mi deber. No fue un simple sueño lo que tuve, pero una visión de Krsna, y eso no es algo que puedo dejar de hacer”. Respondió con su boca Agua.

Estego dejo la telepatía para hablar mas claro.

“Reflexiona tu problema, Agua! Se razonable! Los enanos van a invadir Ciudad Paleta”.

“Y eso es tal vez exactamente lo que estaba tratándome de advertir el Rey Kaliasa. Pero puede que no hay remedio. Krsna quiere un templo en Ciudad Paleta, y lo que Krsna quiere, Krsna obtiene!”.

“¿No importa cuanta sangre fluya por las calles de la ciudad?” Estego regreso a su enlace telepático, la tristeza en sus pensamientos fue audible.

Estego vio un peñasco alto con enormes piedras y muy aislado. Aterrizo ahí y Agua se bajo de su lomo.

“¿Que hacemos aquí?” pregunto Agua.

“Esperar.” Respondió Estego.

“¿Esperar que?”. Continuo Agua.

“Esperar que entres en razón, lagartija maniática!”. Estallo Estego.

Un largo silencio entre los dos amigos cayo como una niebla en un pueblo costero. Nadie dijo nada por que nadie estaba seguro que decir.

“¿Que piensas hacer, Agua?” pregunto Estego con tristeza.

“Krsna quiere que haga un templo en Ciudad Paleta. Ese es mi deber. Si eso toma una guerra con los enanos, pues que así sea.” Dijo Agua, claridad entrando en su corazón.

“¿Agua, y que pasara si los enanos pierden la guerra?!” Rugió Estego. La furia de su situación finalmente surgiendo de sus pulmones.

Oír un dragon rugir no es cosa fácil para ningún ser viviente, inclusive si ese dragon ha sido tu amigo toda la vida. El terror del rugido de dragon entro en el alma de Agua como un balde de agua helada.

Otro largo silencio entre ellos. Finalmente, Agua hablo con gran timidez:

“¿Que vas a hacer tu, Estego?”.

Estego no pudo responder la pregunta. Ahora era el turno del dragon de callar y sentirse agobiado.

“Tal vez yo pueda ayudar.” dijo una dulce y femenina voz.

La dueña de los ojos azules que habían espiado al hombre lagarto por tanto tiempo desde que dejo Grumpslandia aparecieron. Una gran amazona de mujer humana con cabellos color oro puro y ojos color del cielo, vestida en práctica armadura de piel de Tyranosaruio apareció a unos cuantos metros de los dos amigos, en el cielo. La bella mujer estaba flotando en una alfombra voladora. Tenía un aire salvaje, como las junglas de Nagaloka.

“Soy la Druida Beata, y fui contratada por el Rey Grumps para asegurarme que no te pierdas, joven lagarto”.

“Estabas espiándonos!” Acuso Estego.

“No fue muy difícil, para un dragon eres bastante confiado”. Dijo Beata, retando a la gran bestia azul.

“Debería devorar tus huesos!” Rugió Estego.

“No creo que matarías a un agente del Rey Grumps, dragon.” Respondió la Druida con el más mínimo nivel de nerviosismo en su voz.

“Calma, por favor! No vamos a devorar a nadie hoy, Estego!” Dijo Agua, intercediendo entre ellos. “Dime, Beata la Druida, ¿como es que puedes ayudarme?”.

Beata hizo su carpeta mágica aterrizar cerca de Agua en el peñasco.

“Con la Espada de Ares!”. Dijo ella.

“Oh no… Aquí vamos de nuevo. Un estupido humano en búsqueda de un magnifico tesoro mágico. Seguramente hay algún dragon guardándolo, o un cíclope. Y claro, habrá calabozos. Siempre hay calabozos.” Dijo Estego, escupiendo pequeñas nubes de humo.

Beata ignoro el cinismo de Estego y continuo: “La Espada de Ares fue forjada para el Dios de la Guerra hace millones de años. Es una magnifica espada que otorga victoria sobre todos los enemigos a su dueño. Quien sostenga la espada en su mano, será dueño del mundo!” Dijo Beata.
“Mira, humanita de segunda. Hay miles de ese tipo de chacharitas por todo el universo material, y todas ellas siempre son la causa de horribles tragedias: El escudo de Perseo. El arco de Siva. El arca de Noe. Siempre que un humano anda buscando estas chacharitas, alguien termina lastimado. Generalmente con un poco de muerte!” Estego no estaba en condiciones para alimentar las fantasías de una “heroica” druida en búsqueda de una espada mágica.

“Bueno, si no quieren ayudarme a encontrar la espada, tendré que usar esto”. De su reboso, Beata saco una pequeña estatuita del Rey Grumps.

“¿Que es eso?” pregunto Estego.

“Un comunicador. Permite que Beata se comunique telepáticamente con El Rey Grumps”. Respondió Agua, reconociendo la tecnológica mágica.

“Solo necesito querer mandarle un pensamiento, y el Rey de los enanos mandara un escuadrón de jinetes de grifos.” Dijo Beata, amenazando con la fuerza aérea de Grumpslandia. Los grifos eran bestias horripilantes, parte león, parte águila. Volaban mas rápido que Estego.

“Esta bien, esta bien, humana. ¿Donde esta tu espadita?” Fue estego que respondió primero. Obviamente, la caza recompensas humana conocía bien su negocio.

“Quiero que sepas, dragon, que a cambio de tu ayuda en este asunto, podrán quedarse con la espada. Aquel ejército que tenga la espada de su lado, ciertamente ganara la guerra. Tal vez, si ambos lados saben que tu tienes la espada, Agua, se rendirán a tus pies sin tener que derramar una sola gota de sangre”.

La promesa de una espada que garantizaría victoria para los enanos y por eso para la causa de Agua no estaba tan mal.

“Queremos escapar, pero nos encontraste, y no nos has delatado, y pues, haremos lo que quieres, humana”. Dijo Estego.

“Sabia que lo verían a mi modo.” Dijo Beata, sonriendo.

Los dos reptiles y la humana volaron a una pequeña isla en la costa del Mar de Serpiente, la más grande de una cadena de islas volcánicas peligrosamente cerca de la ciudad humana de La Pinta.

Beata miro a sus nuevos “amigos” y sonrió. Ella se consideraba a si misma Budista, pero en alguna ocasión, algún brujo pérfido con promesas amorosas la había confundió suficiente para convertirla en mercenaria. Y valla cerdito que fue en hacerlo. No solo afecto la fe de la muchacha, le dio un buen caso de odio por los machos.



Cuando el grupo aterrizo, vieron por primera vez la “Montaña Emplumada”, un volcán semi activo que dejaba salir una enrome nube en forma de una pluma esponjosa, típica a las plumas de avestruz usadas por los caballeros en sus sombreros, que se meneaba de un lado al otro en el viento. Alrededor de este bello monte, una playa perfectamente abandonada y hermosísima, con aguas cristalinas, arenas finísimas y blancas rodeando el volacan con muy pocos árboles, la mayoría palmeras.

Cuando aterrizaron en la playa, Beata dijo: “Están en presencia de la Montaña Emplumada. Es pertenecía de Indrasura un peculiar hechicero de temible reputación conocido por muchos, temido por más. Un hombre de familia, tiene dos hijos, uno rebelde y una más. Ambos viven en Trollandia donde trabajan en la industria hotelera. De ellos fue ella que lo sorprendió con la noticia de un bebe. El pobre diablo no supo que el padre del bebe era un Troll. Algo, que en la sociedad gnoma se considera imperdonable.”

La muchacha tomo un trago de cerveza de enanos de su cantimplora y continuo el relato: “Como el gnomo practica un tipo de hechicería particularmente odiada por la mayoría de los hechiceros en Nagaloka, su seguridad considera el de absoluta necesidad. Y pues, su montaña esta llena de horrores y trampas diabólicas. La más temible de sus trampas, para proteger a su familia del robo, es el mismo, que, convirtiéndose en vampiro, supero sus mas grandes expectativas para su arte. La Espada de Ares, su más gran posesión, la guarda en sus propias manos, en su fúnebre sarcófago donde espera al anochecer para poder salir.”

“Genial. Ahora nos convertiremos en ladrones, Agua. No cuentes conmigo para nada de esto.” Dijo Estego con cinismo.

“Indrasura es un vampiro, un hechicero negro y generalmente, un ser desagradable y malvado. Robar de el algo que puede salvar Ciudad Paleta no es un pecado”. Dijo la druida.

“Son estupideces, y nos va a costar muy caro!” Insistió Estego.

“La alternativa es que llame al Rey Grumps. Con esta espada, Agua puede detener la guerra!” Dijo Beata.

“Estego, tenemos que intentarlo.” Dijo Agua.

Un rato después, Agua, Estego y Beata caminaban en rumbo a la puerta principal de un una mina creada directamente en la falda de la montaña. Una enorme puerta de piedra era la única entrada. La puerta estaba guardada por un extraño ser con la cara de un hombre, el cuerpo de un león, las alas de un águila y la cola de un escorpión. Cuando vio venir al grupo, la esfinge se levanto de su siesta y fue a enfrentarlos.

“¿Quienes sois y que queréis en la Montaña de el amo Indrasura?”. La bestia pregunto con un acento extraño, como si un gran gato aprendiera a hablar.

“Somos aventureros en búsqueda de la sabiduría de Indrasura.” Respondió la humana. Desde que ella descubrió la existencia de la Espada de Ares, Beata se había preparado para este momento. Ella sabia de la gran bestia en la puerta, y también sabia que la bestia les dejaría entrar a cambio de que ellos aceptaran responder un acertijo, el cual si no adivinaban, causaría que el monstruo los ataque.

“Solo podréis entrar si resolvéis mi acertijo. Si no lo podéis resolver, os comeré”. Dijo la esfinge.

“Esto se esta poniendo tan cliché, que casi me dan ganas de comérmelos yo mismo!” Dijo Estego.

“Dinos tu acertijo, pues, esfinge.” Dijo Beata.

“De joven, camino en cuatro patas, de adulto en dos, y de viejo en tres.”

Estego empezó a reír cínicamente. El gran dragon tenia fácilmente la capacidad de comerse al pequeño Guardián de una mordida. Claro, las esfinges daban indigestión. Pero pensar que esta esfinge estaba preguntando exactamente la misma pregunta que su mucho mas famosa prima le pregunto al Rey Edipo fue particularmente dulce para Estego, que en algún momento gozo del estudio de las antiguas tragedias Griegas en el planeta tierra.

Agua, que jamás se intereso en tales cosas parecía genuinamente consternado por el acertijo. Beata tampoco parecía conocer la respuesta. La ignorancia de sus dos amigos le dio inclusive más risa al dragon.

La esfinge, la humana y el hombre lagarto miraron al dragon con dagas en los ojos. Reírse de una situación que para todos era muy seria no es muy cordial. Agua no se estaba divirtiendo. Tenia demasiados problemas reales en mente, como un ejercito de enanos y una pequeña guerra.

“¿Puedes compartir con nosotros lo que encuentras tan chistoso, Estego?” dijo Agua con una voz venenosa.

“Parece que Indrasura es fan de la literatura de la tierra.” Dijo Estego. “La respuesta a tu acertijo es fácil, esfinge: el hombre. De niño, gatea en cuatro patas, de adulto camina en dos, y de viejo usa una tercera pata, un bastón.”

“Pueden entrar, entonces”. Dijo a esfinge, y por un acto de magia, la pesada puerta de piedra se abrió sola.

Claro, la puerta y los pasillos eran de tamaño gnomo, y por esa razón, Estego se sentó en sus patas traseras como un gato diciendo: “Ustedes dos disfruten las trampas mortales y guardianes asesinos. Creo que yo me quedo aquí con la esfinge para platicar Filosofía griega.”

“Perfecto!” Dijo Agua, finalmente enojado con su amigo.

Los túneles de la montaña tenían aspecto de ser hechos de ladrillo. Seguramente, los ladrillos funcionaban para mantener la estructura sólida. Por otra parte, frescos mostrando momentos importantes en la historia del pueblo gnomo: el descubrimiento del sombrero rojo, el primer tratado de paz con los trolls, y claro, la llegada de Jigolanthas a Nagaloka con los otros ancianos.

Otro aspecto muy civilizado de los túneles fue la luz, proveída por hermosas lámparas de luciérnaga. Populares entre los gnomos, las lámparas de luciérnaga eran pequeñas jarras con ecosistemas completos para una familia de luciérnagas muy hermosas con un armazón externo metal para poder colgarlas o colocarlas en varios lugares. Las luciérnagas generalmente comían de un sistema acuífero interno que les proveía con agua azucarada. Las lámparas luciérnaga tenían un pequeño defecto, que como las luciérnagas en buenas condiciones son muy prolíficas, era necesario liberar unas cuantas cada mes. Infestaciones de luciérnagas son comunes en tierra de gnomos.

Beata y Agua llegaron a una cruz entre cuatro pasillos.

Beata saco un viejo mapa y lo consulto.

“¿Agua, tu eres un especialista en hechicería herbolaria, no es verdad?” Pregunto, como si para hacer plática en lo que consultaba su mapa.

“¿Como es que lo sabes?”. Pregunto Agua sorprendido que alguien en el mundo lo notara.

“Cuando el Rey Grumps me puso a buscarte, tome medidas para conocer toda tu historia. Hay ciertos hechizos en la especialidad del druidismo que permiten conocer los datos de alguien”. Dijo Beata.

“¿Qué mas sabes de mi historia?”. Pregunto Agua.

“Te lo digo después, primero dime otra cosa, ¿que sabes de la necromancia?”.

“Hechicería prohibida en muchos lugares. Tratar con los muertos por una variedad de medios, desde adoración asta forzarlos contra su voluntad.” Dijo Agua.

“Indrasura es un gran nigromante. Su especialidad es obligar a los muertos hacer su voluntad. Veo que tienes algo de conocimiento del tema, y eso ayudara bastante cuando nos encontremos con el. Cuando se convirtió voluntariamente en vampiro, su facilidad para afectar el mundo de los muertos incremento cien veces. Sus poderes ahora rivalizan con los dioses, es así que logro conseguir la Espada de Ares. Pero tengo un truco que el gnomo no sospecha, se trata de esto…” Beata saco de su mochila un viejo pergamino.
“El Pergamino Perdido de Nostradamus. Aquí, el vidente Nostradamus describe claramente las palabras necesarias para vencer cualquier vampiro. Se dice que el mismo Doctor Van Helsing lo uso para vencer al Conde Drácula.”
“Si tienes eso, ¿por que me arrastraste en esta peligrosa aventura, Beata?” Pregunto Agua, un poco enfadado.

“Por que cuando consulte mi oráculo sobre ti, me dijo que los Dioses te favorecen, y que el tuyo es un gran destino que cambiara Nagaloka, y las vidas de todos quienes viven aquí para todos los tiempos.” Dijo Beata. “Pensé que tal vez, si pongo la Espada de Ares en tus manos, cuando te conviertas en… Bueno, cuando llegues a tu destino, me favorecerás.” Beata sonrió inocentemente, no muy segura como se seduce un hombre lagarto.

“¿Cuando me convierta en que, Beata?” Pregunto Agua.

“¿Cómo cuando te conviertas en que?.” Respondió la druida.

“..dijiste si pongo la Espada de Ares en tus manos, cuando te conviertas en…” Repitió Agua.

“Bueno.. Supongo que no puede lastimar si te lo digo, Agua”.

“Si me dices que?” Agua estaba empezando a perder su considerable paciencia.

“Que vas a ser el Rey de Ciudad Paleta.” Dijo ella.

La tercera persona que mencionaba el hecho que Agua seria Rey de Ciudad Paleta. Primero la Serpiente Kaliasa, después el Rey Grumps y finalmente Beata la Druida. Para Agua, ser Rey sonaba mas bien como una maldición. ¿Quien es su sana mente quisiera ocuparse de los asuntos de todo un pueblo? Claro, los Dioses decidían todas esas cosas, como quien va a ser Rey y quien será esclavo, pero en el fondo, Agua supo que el era distinto de sus compañeros hombres lagarto. La mayoría de ellos se la pasaban comiendo frutas en el bosque y tomando sol. Agua no conocía muchos que viajaban a pedir favores de los enanos o que tenían sueños de Dios. Y pues, si Krsna quería que Agua fuera el Rey de Ciudad Paleta, Agua intentaría hacer todo lo posible para ser el mejor Rey posible. Por el momento, lo mas importante era un gnomo vampiro, y el hecho que el y Beata estaban en su morada, buscando robarle una espada mágica.

“Este mapa no sirve para nada!” Dijo Beata frustrada, y lo hizo una bola que tiro al suelo. “Vamos!” La humana tomo el pasillo derecho.

Era un pasillo largo. Tal vez medio kilómetro de largo. Terminaba en una puerta enorme de hierro macizo por la cual se podía escuchar el sonido de algún tipo de líquido burbujeando ruidosamente.

“¿Estas segura que es por aquí?” Pregunto Agua.

“Claro que no!” Dijo ella, tratando de abrir la puerta. La cerradura era normal. No fue gran apuro para la Druida, que en sus viajes y aventuras aprendió algunas de las herramientas de ladrones y rateros.

Clic! La puerta abrió.

“¿No es la primera vez que abriste una cerradura, verdad?” Dijo Agua sarcásticamente.

Beata abrió la puerta y metió la cabeza. Encontró al otro lado un gigantesco rió de lava bajo sus pies a unos cien metros de distancia. Un puente de madera y cuerda cruzaba el enorme rió, cuyo principio y fin no se podían ver, y ahí, otra puerta enorme de hierro, cerrada.

“Te apuesto que el vampiro esta por esa puerta. Hay que cruzar el puente.” Dijo Beata.

“¿Segura que quieres hacer esto?” Pregunto Agua. A los lagartos, el fuego no les hace ningún chiste.

Beata ni siquiera respondió la pregunta. Empezó más bien a cruzar el puente con gran cuidado. Agua, sospechando que el puente no era seguro, saco un hongo, lo comió, y empego a levitar suavemente sobre el puente a unos metros de Beata.

“No me gustan los hongos voladores, me dan mareos”. Dijo ella, sonriendo.

Llegaron a la otra puerta de hierro y Beata se dio a trabajar para abrirla. El esfuerzo fue de unos minutos solamente, y la puerta abrió sin dificultad. Beata entro a la sala fúnebre del gnomo Indrasura.

Un lugar de una belleza increíble. Las paredes pintadas a la perfección con un paisaje mágico de un bosque de hongos gigantes. De momento, Agua penso que no estaban solos, pues en la pared del lado opuesto vio una pintura de una bella casa en forma de caracol donde una gnoma conchita y amistosa miraba un par de niños gnomitos con orgullo. El retrato tenia tal perfección, que Agua tubo que acercarse bastante para determinar que no eran gnomos reales.

Al centro de la recamara gigantesca se encontraba un pequeño sarcófago, como para un niño a lo alto de una pirámide muy hermosamente tallada con detalles y decorada en cada rincón con una variedad de tesoros de gran valor, jarras finísimas, instrumentos musicales, armas, armaduras, vajillas, espejos, libreros llenos de libros y varios baúles que seguramente estaban llenos de mas tesoros.

“Aquí yace Indrasura!” dijo Beata con asombro.

“Pensé que seria mas difícil dar con el.” Dijo Agua.

Beata saco su pergamino especial y subió a la cima de la pirámide para pararse exactamente sobre el sarcófago.

“Ten cuidado!” Dijo Agua.
Empezó a leer el pergamino en un lenguaje antiguo y olivado por el tiempo. Pronto, una luz blanca y muy bella apareció sobre el sarcófago y lo cubrió completamente. Agua no se atrevió a decir nada, pero más bien se dedico a mirar nerviosamente la puerta para ver si nadie entraba para detener el hechizo. Finalmente, las palabras de Beata cesaron, dejando un gran silencio de ultratumba en la recamara.

“Indrasura a dejado de existir!” Dijo ella, rompiendo el silencio. “Ayúdame a abrir el sarcófago.”

Agua subió la pirámide y ayudo a Beata a quitar la pesada tapa de oro y madera en forma de gnomo con joyas por ojos. Cuando cayo al suelo la tapa, Beata y Agua fueron totalmente sorprendidos por el contenido…

El sarcófago estaba vació.

“¿Pensaron que seria tan fácil robarme?” dijo una voz fría como el hielo.

Agua y Beata se voltearon a ver la fuente de la helada voz. Un hombrecillo de unos 70cm de altura sin barba ni pelo, con ojos rojos como acero varias horas bajo una flama. Su piel tenía el color gris de la muerte, y sus pequeños dedos terminaban en negras garras. Estaba vestido con un traje de seda negra extremadamente fino y una variedad de joyas preciosas colgaban de el. Sostenía sin dificultad alguna una enorme espada de dos veces su propio tamaño.

Veloz como un rayo, el pequeño hombrecito voló la distancia de su escondite detrás de una jarra muy grande en una esquina del cuarto para aparecer al lado de Beata en la cima de la pirámide y de un brusco y terriblemente rápido movimiento, cortarle la cabeza. La pobre druida ni siquiera logro gritar antes que su cabeza rodara por los pequeños escaloncitos de la pirámide, manchándolos de sangre por donde cayo.

Agua reacciono un poco mejor. De su bolso saco una fruta seca y extraña y la comió. Instantáneamente, su cuerpo desapareció y se convirtió en una nube de color verde con un par de ojos. La espada corto la nube viciosamente varias veces, pero no tubo ningún efecto.

En forma de nube, Agua salio de la recamara maldita y atravesó la lava. Luego siguió por el largo pasillo asta llegar a la gran puerta por donde entraron el y Beata y salio, al aire fresco y la brisa de mar. Ahí se encontraban Estego y la esfinge platicando todavía sobre filosofía griega.

“Te digo que Hades es el verdadero dueño del futuro. Zeus es un ladrón que le ha robado a su hermano el trono del cielo”. Dijo Estego a la esfinge, que se contento con reírse de esta osadía.

En cuanto Agua vio a su amigo, solidifico su cuerpo con un acto de voluntad.

“Beata esta muerta y me persigue el dueño de la montaña!” Dijo el.

Casi al mismo tiempo, Indrasura el vampiro apareció del otro lado de la puerta y le ordeno a su guardián:

“Mátalos! No los dejes escapar!”.

“Lastima.” Murmuro la esfinge a si mismo.

El rostro jovial de la esfinge se convirtió en una mascara de ira, e inmediatamente pico con su cola de escorpión al dragon en el cuello. Estego reacciono exactamente como un dragon debería, dos enormes garras afiladas golpearon el costado de la bestia, brinco para atrás unos cien metros y vomito un chorro de fuego sobre su adversario. El efecto sobre la esfinge fue catastrófico. Lo que quedo de la criatura después de ser desgarrada por las garras fue totalmente calcinado por el fuego. Lo único que quedo de la esfinge fue un calcinado cadáver que se desmorono en cenizas al caer.

Al mismo tiempo, Indrasura intento cortar Agua con su espada, pero el joven hechicero tenia la suerte de los dioses a su lado y logro invocar un mantram que le permitió volverse invisible. Una y otra vez, el vampiro intento discernir la ubicación del hombre lagarto con los oídos, pero Agua logro evadir todos los golpes.

Cuando Indrasura vio que su mascota estaba calcinada, torneo su furia contra el dragon, que no tenía tantas herramientas mágicas para defenderse como su amigo. Estego trato de morder al diminuto vampiro, pero Indrasura era mucho más velos. Una y otra vez, la espada mordió la carne de Estego a través de sus espesas placas. Sangre roja empezó a caer en la arena desmoralizando a Agua profundamente, pues el lagarto se sentía impotente para ayudar al dragon.

Finalmente, Agua pensó en algo que podría funcionar, y de su bolsa saco una pequeña jarra con un escorpión adentro. Rompió la jarra abierta sobre una piedra, y el escorpión empezó a crecer y crecer y crecer, primero al tamaño de un gato, luego un perro y finalmente un caballo. Cuando el escorpión llego a su tamaño mas grande, ataco al vampiro, forzando a Indrasura a dejar a Estego recuperar su aliento.

El gnomo no pierdo ni un minuto con el nuevo adversario. La espada rebano metódicamente una pinza y luego la otra. Finalmente, el gigantesco aguijón cayó en la arena. Con un golpe mortífero a la cabeza, Indrasura remato al arácnido. Pero Agua logro ganar tiempo para que Estego se recuperara, literalmente su aliento. Un chorro de fuego salio del hocico del dragon y cayó sobre el vampiro, reduciéndolo a cenizas. Lo único que quedo del temible gnomo fue su gigantesca espada, clavada sobre la arena.

El esfuerzo fue demasiado para Estego. Se colapso en la arena, sangrando de una docena de heridas profundas. Agua corrió al lado de su mejor amigo, llorando.

“Estego! Estego! Todo es mi culpa. Nunca debimos venir.. Lo siento! Lo siento tanto..!” Lloro el lagarto.

“Agua, cállate!” Dijo Estego, feroz. El lagarto dejo de gritar al instante. “Me estoy muriendo.” Dijo Estego.

“No.. Tengo medicinas aquí mismo.. Espera. Yo te puedo…” Dijo Agua suavecito.

“Cállate y escucha! Tengo poca fuerza para hablar. Mis heridas son demasiado profundas, y estoy sangrando por dentro. No podrás salvarme, pero hay algo que puedes hacer…” Dijo el dragon.

“No te mueras! No puedes morirte!” Las lágrimas del hombre lagarto eran rojas, como la sangre.

“Claro que puedo, y lo voy a hacer ahora, pero no me dejes morir en vano, que te sirva de advertencia, aléjate del camino de la espada, Agua. No regreses a Ciudad Paleta. Vete y olvídate de ser Rey!”. Estego dio su último aliento con esas palabras.

Estego había muerto.

Agua y Estego nacieron el mismo día en el Criadero de Ciudad Paleta. Los padres de Agua y los padres de Estego no pudieron ser más diferentes. Los dragones viven libres en los bosques, cuevas, mares y montañas de Nagaloka sin necesidad de ciudades y sociedades y amistades. La madre de Estego, una dragona salvaje y feroz que hizo su nido en Bosque Paleta por mas de mil años, tenia un lado romántico, y en un viaje a los lejanos bosques de los Ogros, encontrase con un dragon apuesto y gallardo, y embarazase de el. Como los dragones azules son poco serios papas, su madre regreso a su hogar en Bosque Paleta. Ahí, Buscahuevos del Criadero de Ciudad Paleta, sirvientes del Criadero de hombres lagarto que van en búsqueda de huevos para cuidar encontraron a la joven dragona y le propusieron cuidar sus huevos gratis. Al principio, ella lo tomo como chiste: ¿por que habrían de cuidar sus huevos un grupo de mujeres lagarto? Pero las hembras estaban preparadas para todos los posibles argumentos en contra de la crianza colectiva de huevos. Para ellas, coleccionar los huevos para El Criadero era asunto espiritual de primer nivel, y consagrado en un fan aticismo casi religioso. Pues, a la pobre dragona se le acabaron los argumentos para dejar sus huevos en un nido que ella misma tendría que

Agua canto el maha mantra todo el resto del día y por la noche también. Al amanecer, Agua preparo un brebaje para convertirse en un pájaro y regresar a Ciudad Paleta. Tal vez ahí, podría Agua prevenir el ataque de los enanos si pudiera hablar con Jigolanthas una vez más.

Su último acto antes de zarpar al aire fue de aventar la horrible Espada de Ares en el mar.






















CAPITULO TRES: LA GUERRA DE CIUDAD PALETA




De regreso a Ciudad Paleta, volando sobre los cielos de el Mar de la Serpiente, Agua se dio cuenta que el ejercito de enanos del Rey Grumps estaba afuera de la Ciudad. Los enanos acampaban afuera de la gran Puerta Este de Ciudad Paleta, directamente sobre la carretera conocida por todos como Camino Paleta Este, el único camino de acceso a Grumpslandia y todos los demás puntos hacia el este. Agua estimo mas de 60 mil soldados, cientos de rinocerontes de guerra, catapultas, torres, y decenas de jinetes de grifo campos, criaturas voladoras mitad águila y mitad león. Este enorme campamento de enanos, preparados para la guerra, causaba un caos terrible afuera de las enormes puertas de hierro, pues bloqueaban la entrada, y por consecuencia la salida principal de la ciudad. Agua entendió rápidamente que las cosas adentro de la ciudad serian mucho peor, pues el ejercito de Ciudad Paleta consistía principalmente de conscriptos hombres lagarto sin alguna experiencia de guerra, y sin duda aterrorizados por la enorme fuerza invasora, que por el momento, no parecía atacar a nadie.

Agua aterrizo en forma de pájaro en el techo de su casa. Entro por una ventana abierta y empezó a cambiarse a su forma normal. No se dio cuenta que alguien mas estaba ahí con el. Se trataba de Jen, el minotauro, que apuntaba una ballesta a su corazón.

“No te muevas, lagarto!” dijo Jen.

“¿Me vas a matar?” pregunto Agua.

“Claro que no. Vales mas vivo que muerto! Ahora, sígueme! Y quiero ver tus manos, demasiado bien se lo peligrosas que pueden ser las manos de un hechicero!” Dijo Jen, y se camino en dirección a la puerta.

Agua obedeció.


Al salir por la puerta, Agua se dio cuenta de la magnitud del caos que estaba causando la llegada del ejército enano en las afueras de la ciudad. Cientos de seres corrían arriba y abajo gritando, llorando, y maldiciendo. Muchos se caían los unos sobre los otros. Otros usaban la oportunidad para robar casas, romper cosas y en general, hacer todo lo que no debían hacer. Hembras escondían sus crías, mercaderes protegían su mercancía, y docenas de soldados vestidos en armadura roja, morada y negra, trataban de restablecer el orden sin ningún resultado.

Como Agua sospechaba, la mayoría de los soldados rasos pertenecían a su propia especie, pero los que les gritaban las órdenes pertenecían a la especie humana. Los rangos más altos en el ejército de Ciudad Paleta obviamente estaban reservados para los seres humanos.

“Muévete!” Dijo Jen violentamente, su ballesta firmemente apuntada a la cabeza de el pobre lagarto.

El cuarto más alto de la gigantesca Torre Amarilla, residencia del anciano Canción de Lluvia era un laboratorio enorme con una variedad de herramientas para observar las estrellas y un tragaluz por techo.

Los tres ancianos del Consejo de Ancianos, Canción de Lluvia el humano, Xan el elfo y Jigolanthas el gnomo estaban parados sobre una mesa enorme con varios mapas de la ciudad sobre ella y pequeñas figuritas de plomo representando las fuerzas de los enanos y sus propias fuerzas. Alrededor de ellos, los jefes de sus fuerzas armadas les daban una respetuosa distancia y escuchaban atentamente. Varios asistentes y soldados de menor rango estaban atrás de ellos, esperando cualquier orden.

“Lo mas importante es destruir los grifo campos primero. Soltaremos nuestros dragones y…” Dijo Xan, el mas anciano de ellos, que no aparentaba su edad en lo mas mínimo, excepto por su pelo blanco como la nieve. El elfo estaba vestido en armadura azul tallada con la habilidad y gracia de su raza.

“No podemos soltar nuestra mejor arma primero! Si los dragones fallan..” fue el turno de Canción de Agua, que tenia un aspecto casi momificado de tantas arrugas. Vestía pantalones y chaleco de cuero y un enorme penacho de plumas sobre su cabeza típico de los Lacota en Estados Unidos, planeta Tierra.

“Ya estamos planeando como matarlos a todos! Debemos negociar con Grumps!” Este último fue Jigolanthas, que tenia las menos ganas de pelear una guerra con los enanos. Los enanos y los gnomos son de alguna manera primos, y entienden mejor el carácter entre ellos que el carácter de humanos y elfos.

Un pequeño kobold mensajero entro al cuarto y le dio un mensaje a uno de los jefes del ejercito. Este murmuro algo al oído de Xan, su jefe.

Xan interrumpió a los otros dos: “Agua el hombre lagarto fue capturado por el mercenario Jen. Estaba tratando de esconderse en su propia casa. El dragon no estaba con el.”

Jigolanthas se volteo con el mensajero: “Que lo traigan aquí mismo de inmediato!”

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El buen Rey manda un emissario que demanda las llaves de la cuidad a los regentes actuales, el Consejo de Ancianos y para ello tiene su ejercito plantado frente a la misma. Ciudad Paleta se prepara para la guerra. Soldados de Ciudad Paleta interrogan a Agua sobre su relacion con el Rey Enano, y claro esta, el Rey Enano esta usando el Templo de Krsna como su escusa para apoderarse de la poderosa y muy rica ciudad.

Noviembre 26, 2009 – En Ciudad Paleta, el Anciano Jigolanthas arresta a Agua por complicidad en la invacion Enana por parte del Rey Grumps.

En el entretanto, en Rasalandia, reino Vainsava del Rey Bagho, el Rey ha decidido dejar el trono y otorgarselo a su hija, Minoreina, que ya llego a la madura edad de 18 anos. Claro esta, no puede ser Reina sin un Rey, y pues, para poder tomar el trono, Minoreina tiene primero que casarse.

El Mestro de Musica (y estrategia) de la Princesa Minoreina de Rasalandia, el Dragon Negro Nibor le sugiere a la joven minotauria que busque matrimonio con el Rey Grumps, uno de los monarcas mas poderosos de Nagaloka. Ella deicde mandarle al Rey una invitacion.

En verdad, el Maestro de Musica tiene otro candidato en mente para ella: un joven minotauro pesquero de nombre Minorey. Nibor sabe ver las sombras del futuro claramente, y un matrimonio entre los dos jovenens minotauros parece algo perfecto para Rasalandia, que puede, con el Rey correcto, llegar a ser el imperio mas importante ademas de Vrindavan, pues tiene el favor de Krsna.

Buscar matrimonio entre el Rey Enano y la Princesa Minotaura es un complot del dragon para asegurarse del matrimonio entre Minorey y Minoreina. Una alianza entre los Minotauros y los Enanos puede ser exactamente lo que nececitan ambas especies para sostener superioridad en Nagaloka. Ciertamente el Rey Grumps pude ver las mismas posibilidades.

Pues, Nibor manda a Minorey como mensajero para llevar la invitacion de la Princesa al Rey Enano. Lo que determina que Minorey tiene que ir directamente al campo de batalla (que puede estallar en cualquier momento) entre los Enanos de Grumpslandia y los Hombres Lagarto de Ciudad Paleta. En la mente del dragon esta un plan para detener la guerra y convertir a su joven minotauro protegido en un Heroe de proporciones epicas.

Cuando el Rey Grumps recive a Minorey y su mensaje en el campamento Enano, le propone regresar con otro mensaje para la Princesa: Mandeme resfuerzos!

Minorey rapidamente regresa al Palacio y la Princesa rapidamente manda la mitad de sus fuerzas armadas a la ayuda de el Rey Grumps. Los soldados de Rasalandia llegan Ciudad Paleta. Un contingente de 400 Dragones Reales, 750 Buques de Guerra y 1,000 miembros de la infanteria Real.

Por su propia parte, el Consejo de Ancianos de Cuidad Paleta mandan sus propios representativos (volando en un Griffon lo mas pronto possible) a pedir de la Princesa que retire sus minotauros cuando se dan cuenta que estan en camino a unirse a las tropas enanas.
Por su parte, Krsna empieza a observar las aventuras de Nagaloka pues dos de sus Devotos Puros, Minareina y Minorey han entrado en grandes peligros. Pero no puede interferir demaciado, pues Nagaloka le pertenece a Antanta Sesa y las aventuras de sus devotors ahi le son Narradas al Senor en su forma de Visnu por una de las miles de cabases del Senor Sesa en el Mar Causal.


LA BATALLA POR CIUDAD PALETA

El Rey Grumps se enfrenta a Jigolanthas que se esconde detras de las puertas de la ciudad. Afirma que si no le permiten entrar a Ciudad Paleta, entrara por la fuerza y derrotara el ejercito de los Hombres Lagarto.

Jigolanthas le dice que no puede entrar y la batalla comienza.

Las fuerzas navales de los Enanos se ven rapidamente desventajadas en numero por la poderosa armada nautica de Ciudad Paleta. Pero en el muro este, los Enanos destrozan las defensas de los Hombres Lagarto. En la puerta principal, los Enanos bajo el comando del Rey Grumps asaltan la muralla con ballestas y escaleras. La batalla ahi es terrible, pero favorece a Ciudad Paleta cuando los buques de guerra regresan y desembarcan en el flanco sur de los Enanos.

La matanza no favorece a ningun ejercito. Los Dragones Voladores de Rasalandia llegan, cambiando el resultado de la batalla, pero son los Barcos de Guerra de los Minotauros que realmente causan la rendicion de Jigolanthas. Cuando el viejo Gnomo ve a los largos barcos con sus velas, escudos y proas de forma de dragon, sabe que la batalla esta perdida.

CAIDA DE CIUDAD PALETA

Jigolanthas alza la bandera blanca y rinde la ciudad incondicionalmete a las fuerzas de el Rey Grumps. Los Enanos entran Ciudad Paleta y el ejercito de los Hombres Lagarto rinden sus armas a los pies de sus adversarios. Jigolanthas es arrestado, al lado de los otros tres miembros del Consejo de Ancianos y Agua es liberado.

El Rey Grumps establece la libertad de todos los prisioneros Hombres Lagarto y decreta que Agua sea Rey de Ciudad Paleta (bajo el mando de Grumpslandia, claro esta). Jigolanthas y los otros miembros del Consejo de Ancianos son mandados al calabozo paraser jusgados.

Y para el Reverendo Hans, el Rey Grumps le pide a Agua como debe de ajusticiarle. El joven Rey Lagarto decide que Hans sera puesto en el calabozo de por vida, pero su vida sera respetada.

El Rey Grumps manda un mensajero a Minoreina para avisarle de la gran victoria para los Enanos y los Minotaurios. El mensajero lleva consigo medio million de pesos de oro como la parte del botin de la Princesa de Rasalandia.

Minoreina esta muy complacida por su victoria, y mas complacida que el costo en vidas de Minotauros fue muy pequeno.

Nibor le recomienda a la Princesa, que ahora que sus tropas han visto la victoria en el campo de batalla, es buen momento para invitar a los varios regentes, Reyes, Principes y otra realeza de Nagaloka a una gran fiesta para celebrar la “liberacion” de Ciudad Paleta y de mas importancia, resolver quien seria el mejor esposo para la joven Princesa. La Princesa autoriza a Nibor hacer todos los preparativos para celebrar la fiesta en exactamente dos meses.